sábado, 28 de mayo de 2016

Nocturna 2016: Día 5

Con la llegada del fin de semana en el quinto día de Nocturna comenzó el festival en su versión más dura, con los ya conocidos maratones, donde enganchamos una película tras otra sin apenas ver la luz del sol entre pase y pase, lo justo para hincharnos a cafeína e ir a por la siguiente, el día fue claramente de menos a más, pero vamos allá a explicarlo.

Comenzábamos con cierto caos en el reparto de entradas y es que con la llegada del fin de semana se ha notado el aumento de espectadores en la sala, cosa que provoca gran alegría para la salud del Festival pero que unido al primer reparto de invitaciones para la clausura provocó largas colas que pusieron nervioso a más de uno. Por suerte Nacho Vigalondo estaba por allí para entretener al personal lo que suavizó un poco las cosas.

Antes de la primera película de la tarde pudimos ver Cenizo corto en el que se centraban gran número de miradas después de la recomendación que nos hizo Luis Rosales en la Rueda de Prensa de presentación y ésta vez pudimos decir que se cumplieron las expectativas, sin desvelar nada, que es mejor no hacerlo, el corto es una acertada mezcla de géneros, tonos y estilos de la ficción a la realidad, de la comedia a la dura crítica social, del blanco y negro comiquero al formato a la realidad casi documental, con un guión simple, efectivo e imaginativo y unas buenas interpretaciones, hasta el momento y sin ninguna duda, el mejor corto del festival.


Nacho Vigalondo fue el encargado de presentar Camino y tirando de su gracejo habitual nos contó que es un poco putilla (sic) y acepta casi cualquier tipo de papel que le ofrezcan, algo que explica, además del viaje que logró a Hawai, el por qué de su intervención en éste título.
Y la presentación del director / actor de Cabezón de la Sal fue lo mejor y casi lo único reseñable de Camino, un intento de survivor aburridísimo y casi sin chicha en el que nunca llegamos a sufrir por el destino de la víctima porque pocas veces se ha visto a una protagonista tan antipática y con menos carisma que ésta, tampoco disfrutamos de una caza y captura dignas de reseñar ni de muertes memorables, todas envueltas en esa noche eterna que cubre a la película durante dos tercios de su metraje y que obligaba a esforzar la vista en esa escala de grises perpetua en que se mueve el film. Gran parte del público dejó de intentarlo optando por salir de la sala o coger posición para descansar de cara a lo que venía por delante el resto del día. Cuando por fin se hace de día (de un segundo a otro tal cual suena) pudimos disfrutar con algún momento de desbarre del personaje de Vigalondo, algo que se hubiera agradecido durante el resto de sus interminables 103 minutos. Floja, muy floja.


En la Sala 2 pudieron ver Abduct película de fenómenos extraterrestres que parece que fue una buena excusa para echar la siesta.




Tras disfrutar un poco de la luz del día, hubo que penar para recoger el resto de entradas del día y casi tener que luchar a muerte para conseguir al fin la entrada para la clausura. Tras ésto pudimos ver el cortometraje Disco Inferno, con una estética visual cuidadisima pero que poco tiene que ofrecer más allá de eso, curioso sin más.


Cold Moon se nos presentó desde el primer día como una de las grandes apuestas del festival, con el propio director Griff Furst presentando el film y Luis Rosales avisándonos respecto a las cámaras de visión nocturna que iban a grabar nuestros sustos y reacciones durante la proyección las expectativas estaban altas.
Lamentablemente Cold Moon o Luna Fría como tradujo el director en su intento de agradar al personal con unas palabras en castellano, ni tiene terror para asustarnos, porque apenas es un thriller con toques sobrenaturales, ni tiene intriga para mantenernos pegados a la butaca, porque desde el principio no hay ningún misterio que resolver, ni tiene calidad para gustarnos, porque es una serie B digna de telefilm de media tarde. Si seguimos con lo que le falta tampoco tiene protagonista, a no ser que pensemos que lo es el asesino, ni dinero para cámaras acuáticas visto las sonrojantes imágenes que nos ofrecían bajo el agua, y podríamos seguir y seguir. Esta historia del asesinato de una joven y su familia en Babylon, Florida y la investigación para encontrar a su asesino no tiene nada que me haga poder recomendarla, pero incluso así, se pudo digerir algo mejor que su antecesora, esa es su principal virtud, si, así iba la tarde.


Por suerte para todos, en la siguiente sesión íbamos a tiro hecho, con la visita de un John Landis que no se mostró excesivamente amable a su llegada, nada que ver con el despliegue de carisma y simpatía que se marcó Robert Englund el año anterior.
Si fue más simpático Landis a la hora de recoger su premio con promesa de autógrafos para el día siguiente y grabación de video de saludo para Joe Dante y Rick Baker incluído.

Siempre defenderé la proyección de clásicos en festivales como éste porque es una gozada poder disfrutar en pantalla grade de películas como Un hombre lobo americano en Londres, observar lo bien que ha envejecido pese a sus ya 35 añazos, maravillarnos con los impresionantes maquillajes de Baker que a día de hoy se siguen disfrutando y contemplar como maneja el ritmo un maestro como Landis pasándote del terror a la comedia sin que te des cuenta, con sus momentos musicales (dice la leyenda que todas las canciones que se escuchan en el film contienen en algún momento la palabra Luna) o incluso colando una de esas persecuciones de coches llenas de golpes que tanto le gustan. Un auténtico disfrute para los sentidos que hizo gozar a toda la sala.


Mientras en la Sala 2 parece que Scream Week no entusiasmó pero al menos si entretuvo a unos cuantos.


Y con una sonrisa de oreja a oreja los más temerarios nos atrevimos con la sesión más golfa, mientras unos cuantos preferían retirarse con el buen sabor de boca aún presente, pero ay amigos lo que os perdisteis y es que la gloria está reservada para los valientes.

La cosa comenzaba bien con director, guionista y actor de I had a Bloody Good Time at House Harker en el escenario poniendo patas arriba el patio de butacas con su simpatía y buen rollo, prometiendo muchas risas, lanzando camisetas e incluso presentándonos a la madre de uno de los protagonistas que estaba presente en la sala.

Y por suerte House Harker no se quedó atrás, en el film, los descendientes de Jonathan Harker deben hacer creer a los habitantes del pueblo en el que viven que sufren el ataque de unos vampiros para no perder la casa en la que viven, hasta que un vampiro de verdad llega buscando venganza.
Rozando el puro spoof la película es un completo despiporre que no se toma en serio nada ni a nadie, en el que las bromas de mal gusto se suceden una tras otra intercalándose con los chorretones de sangre y los momentos de puro absurdo. Muchas carcajadas, aplausos y gritos en una sesión que nos dejó a todos contentos y que provocó muchos comentarios de "así si" en los pasillos, es probable que pille premio del público atendiendo a lo que se oía.
Por cierto, no os perdáis la última escena post créditos porque es un gag absolutamente antológico.


Otras entradas del festival:

Nocturna 2016: Inauguración: The Hollow Point
Nocturna 2016: Día 2
Nocturna 2016: Día 3
- Nocturna 2016: Día 4 

Seguimiento de Nocturna otros años:

Nocturna 2015
Nocturna 2014

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