martes, 4 de octubre de 2016

Sing Street

Sing Street

Director: John Carney

Actores: Ferdia Walsh-Peelo, Jack Reynor, Lucy Boynton, Kelly Thornton, Aidan Gillen, Maria Doyle Kennedy, Ian Kenny, Ben Carolan, Percy Chamburuka, Mark McKenna, Don Wycherley, Des Keogh.

Guión: John Carney

Productores: Anthony Bregman, John Carney, Martina Niland, Bob Weinstein, Harvey Wenstein

Montaje: Andrew Marcus, Julian Ulrichs

Fotografía: Yaron Orbach

Música: John Carney, Gary Clark, Glen Hansard

Producción: Cosmo Films, Distressed Films, FilmNation Entertainment, FilmWave, Likely Story, PalmStar Media


La primera puede ser casualidad, la segunda coincidencia, pero si hay una tercera es que estamos ante un patrón. Once se nos reveló como una joya de culto inesperada, Begin Again nos sorprendió por su capacidad para contar una historia diferente con elementos comunes y Sing Street confirma a John Carney no solo como auténtico maestro del musical de nuestros tiempos, si no como uno de esos directores de los que hay que apuntar la fecha de su próximo estreno.


Sing Street podría considerarse la hija de Once y Begin Again, heredando elementos de ambas, pero con una marcada personalidad propia que la distingue y la hace diferente.

John Carney parece firmar su guión más personal en esta ocasión, y es que no es difícil imaginar la identificación del director irlandés con Conor, un adolescente que en plena década de los 80 debe abandonar su vida acomodada por los problemas económicos de su familia para ingresar en un colegio público de Dublin, de hecho el propio Carney ha reconocido que parte de la historia se basa en sus experiencias en el colegio, los abusos que sufrió en algún momento, su grupo musical e incluso la chica a la que quiso impresionar.


Si bien en un primer momento podemos pensar en Once por la vuelta a Dublin, al estilo visual más documental y callejero, e incluso cierto toque de drama social, también Begin Again nos viene a la cabeza, con su aire más desenfadado y alegre. De ambos hereda el tema común de las familias desestructuradas, la utilización de la música como modo de expresarse y cierto poso melancólico.

Sin embargo como dijimos al principio Sing Street tiene su propia personalidad formada por muchos factores, desde la historia de aprendizaje y madurez de un adolescente hasta formar su carácter, a su oda a la música y la amistad pero sobre todo su descripción del amor fraternal, verdadero motor del film en la sombra. Es Brendan quién hace crecer a Conor, son sus conversaciones las que ayudan al joven a seguir su propio camino, son esos bailes con la música a todo volumen en la habitación para evitar oír las discusiones de sus padres los que le salvan de la desesperanza de otros personajes. Y son las dos últimas escenas que comparten los hermanos, tanto discutiendo como saltando de felicidad las que nos emocionan y conmueven.

El viaje musical por los grandes éxitos ochenteros sin duda nos predispone ya a mostrarle simpatía al film y lo que nos acaba de conquistar son unos personajes que nos enamoran y nos hacen formar parte de sus vidas desde el principio.

Destaca evidentemente Ferdia Walsh-Peelo, con su desparpajo, su talento musical y su cara de no haber roto un plato, es imposible no ponernos de su lado en su intento de conquista a Lucy Boynton, perfecta en su papel de chica peligrosa / desvalida que se muestra desafiante cuando realmente desea ser rescatada. Jack Reynor, (ya estupendo en Noche Real) sabe mantenerse en un discreto segundo plano durante la mayor parte del metraje para tomar el mando en las escenas decisivas. Incluso los miembros de la banda tienen sus pequeños momentos para mostrar su personalidad aunque sea a través de pequeños destellos, no hay ni un personaje que resulte molesto, incluso los que pueden resultar más accesorios acaban teniendo su momento.


Sing Street es otra nueva obra de la marca Carney, llena de música, de alegría y de buenas intenciones, ofreciendo un mensaje de esperanza, sin que ello sea óbice para que retrate a la vez temas como la recesión económica, la decepción de haber dejado pasar tu oportunidad y sentir el fracaso o como superar los problemas familiares en una sociedad religiosa y conservadora. Ya lo dice la propia película, la capacidad de ser feliz en la tristeza, el tema universal en la trilogía musical de Carney, lo ha vuelto a hacer, ¡y que bien lo hace!.

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