domingo, 9 de octubre de 2016

Sitges 2016: Día 2

Segundo día en Sitges y ya mucho sueño en el cuerpo todo hay que decirlo, empezamos mal. Tras el maratón de siete películas de ayer hoy tocaba tomárselo con un poco, solo un poco más de tranquilidad porque han sido cinco películas y dos cortos.
Como lo prometido es deuda toca explicar el proceso de reserva de entradas para prensa mañanero, que básicamente consiste en estar listo a las 7:00 de la mañana para correr como el demonio, y es que las entradas desaparecen en cuestión de segundos. Así que si os aburrís a esas horas podéis leer en Twitter lamentos de muchos por no conseguir entradas para lo que tenía programado, ¿y entonces que pasa?, pues que o bien tienes un plan alternativo o a improvisar para tapar huecos e intentar recuperar la película, pasando a ser tu prioridad del día siguiente. Como podéis imaginar esto ya me ha sucedido, con lo cual esas "recuperaciones" están cambiando todos mis planes establecidos e intento encajar como si fueran las piezas de un puzle el resto de películas para ver todo lo que tenía pensado a la vez que recupero lo que no consigo reservar algún día, si, de locos.
Tras acabar algo tarde el día anterior, entre cine y escribir y el madrugón de las siete de la mañana, ni siquiera el café conseguía despertarme del todo, así que había esperanzas de que Beyond the Gates fuera al menos entretenida para que mis neuronas comenzaran a funcionar.
Y todo hay que decirlo, aunque queda cierta sensación de que la cosa podía ser mejor, esta especie de mezcla entre Jumanji y Atmosfear es como mínimo curiosa. La historia de dos hermanos que tras la desaparición de su padre descubren en su videoclub de VHS un juego VCR comandado nada más y nada menos que por Barbará Crampton que les guiará hacia una aventura en la que tendrán que recuperar cuatro llaves para liberar el alma de su padre.
La propuesta aunque ya bastante manida parecía curiosa y sus momentitos de gore se agradecen, pero la película nunca se suelta la correa del todo y se queda en simpaticona y poco más. Para ser la primera de la mañana me mantuvo despierto, lo que no es poco.


Tras el segundo desayuno (el sueño es lo que tiene) tocaba una de esas películas de las que no sabes demasiado pero confías en esa sinopsis en la que comentan que en Cannes gustó mucho, y .... que gran acierto.
Hell or High Water, como sus protagonistas, es una película que al igual que sus protagonistas tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y aunque quisiera ser western puro y añejo, acaba combinándose maravillosamente con el thriller más moderno con unas pequeñas gotas incluso de Buddy Movie. La historia de estos dos hermanos que se dedican a robar bancos mientras un viejo ranger les persigue ha encandilado a crítica y público. Y es que es difícil encontrarle un solo pero a esta película, desde la dirección sobria y cadenciosa de David McKenzie que se gusta y se recrea en cada situación y personaje, pasando por un elenco protagonista en absoluto estado de gloria, donde si Chris Pine sorprende por su consistencia, Jeff Bridges se marca un Lebowski que se ha metido a Ranger y Ben Foster que roba cada escena en la que aparece con un personaje tan loco como carismático. Pero si algo destacaría por encima de todo es el inconmensurable guión de Taylor Sheridan, que no desaprovecha ni una sola línea, ya sea para abrir todos esas mini subtramas a cual más maravillosa, (la relación entre los rangers, la crítica hacia la sociedad de consumo actual, el irremediable paso del tiempo que se lleva todo por delante, etc, etc ...) ya sea para otorgar a Jeff Bridges los mejores oneliners del libreto (y que este goza sin rubor) o para avanzar en la trama principal. Todo está tan bien medido y tan excelentemente ejecutado en el libreto de Sheridan, que viendo que sus dos únicos trabajos hasta ahora son este film y la también sobresaliente Sicario, se convierte en uno de los guionistas a seguir a partir de ahora.
La sensación que queda tras ver Hell or High Water ya no es solo de peliculón y que muy raro sería que no se llevara premio, si no que es difícil encontrar ni un solo motivo para criticarla.


Acabamos la mañana tras el subidón anterior con Melanie. The Girl with All the Gifts, enésima vuelta de tuerca al tema de los zombis perdón, infectados. Y he de decir que pese a todo ha convencido. Creando un universo propio con una reglas muy particulares, The Girl with All the Gifts podríamos decir que es la cara contraria a Train to Busan, pausada y reflexiva, pese a poseer sus escenas de acción y tensión importa más la reflexión moral y su lenguaje político social que el puro espectáculo. Su principal punto a favor es la extraordinaria labor de su trío femenino protagonista (y da gusto que por fin en alguna película de este tipo se atrevan a darle el mando), con una Glenn Close efectiva e imponente, Gemma Arterton tirando de recursos dramáticos y sobre todo el descubrimiento de la debutante Sennia Nanua con una interpretación tan fresca como sentida. De nuevo no solo nos encontramos con una película a la que probablemente le sobre media hora, si no a una historia que da la impresión de querer contar tantas cosas, razón por la que se dilata en exceso en el tiempo, que tal vez tendría mejor desarrollo en una serie o mini serie televisiva, donde dar mayor profundidad a algunas ideas que aquí tan solo quedan apuntadas.
En películas como esta me queda la duda de si la hubiera disfrutado más con menos cansancio en el cuerpo, aún así, me parece un nuevo punto de vista interesante al tema zombi perdón, infectados, en que estaría yo pensando.


Tras un breve descanso para comer y aprovechado para hacer las primeras compras (de verdad que lo que tiene dejarse huecos entre películas es que te dejas medio sueldo en las tiendas del paseo entre DVDs, camisetas y posters) tocaba el resto de la tarde en la Sala Tramuntana, la sala más mandanguera y en la que mejor rollo hay a pesar de sus malas condiciones.

Para empezar dueto de cortos con sensaciones muy diferentes, primer Limbo donde el sueño ya comenzaba a amenazar y el corto tampoco ha ayudado a evitarlo. Rollo religioso, mucha metáfora y simbolismo, niños, ufff un coñazo tremendo la verdad que ni me apetece explicar mucho más. Muchos suspiros entre el público y los primeros silbidos de esta edición tras su proyección.

Lo único bueno que ha traído es que el siguiente corto tenía mucho ganado pues era fácil gustar más. The Cleanshing Hour tampoco es que sea una maravilla pero después del desastre anterior ha entretenido y provocado risas entre el público en esta historia de posesiones en streaming. Además ha servido para ver una nueva faceta de una ex Glee como Heather Morris.



Tras la doble sesión de cortos tocaba Sam was Here, y aquí no os lo voy a negar y he caído en la inevitable cabezada y es que me he desesperado su lentitud y es que cuando sus escasos 75 minutos se te hacen interminable algo malo hay. Esta historia de una especie de purgatorio o infierno personal con algún personaje escapado de Las colinas tienen ojos no ha conseguido engancharme en ningún momento y hasta el momento me parece uno de los bodrios a evitar del festival.


Después del atraco a mano armada que ha supuesto comprar un Monster en la barra de comida y bebida junto al Auditori (algún día habría que hablar despacito de algunos precios que se ven por allí), tocaba Mr Six película china de Guan Hu protagonizada por un imponente Feng Xiaogang que ha desesperado a muchos y sin embargo nos ha maravillado a otros.
Con ese ritmo tan lento y pausado al que acostumbra el cine oriental, Mr Six es una radiografía de la sociedad china vista a través de los ojos de una persona mayor asombrada por los valores de los jóvenes, o más bien por su falta de valores. Temas como la lealtad, el honor o la justicia se dan cita en una historia también de padres e hijos que aprenden a relacionarse solo cuando las circunstancias les obligan. El film me ha dejado con la mirada clavada en la pantalla y deseando que nunca se acabará y me siguieran contando cosas de ese barrio tan peculiar y de unos personajes tan extremos como entrañables. Con un final apoteósico, ha hecho que junto a Hell or Higwater vaya a estar muy probablemente entre mis preferidas de este año. Para ser solo el segundo día no está nada mal.


Crónicas anteriores:

2 comentarios:

  1. Y como bien decías en Twitter, no se entiende mucho qué hace Hell or High Water (¿Comanchería, en serio?) en un festival como el de Sitges...

    Menudo curre te estás dando, me encantan tus crónicas de Sitges y ya, de paso, te felicito por ello y por tu cobertura del Festival de San Sebastián.

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    1. Muchas gracias, la verdad que así da gusto, el sueño está ahí pero en realidad es por algo que me gusta.
      Yo tampoco entiendo muy bien lo de Hell or High Water aquí, de hecho puede ser que de nuevo mi película favorita de Sitges sea una que no tiene nada que ver con el fantástico como ha pasado los últimos años, pero bueno parece que el Western ya se ha instaurado como un género para Sitges y tampoco me voy a quejar por ello.
      @tododesdemisofa
      www.tododesdemisofa.es

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