miércoles, 27 de septiembre de 2017

San Sebastián Film Festival 2017: Día 5

Si ayer hablaba de un día bastante irregular, hoy puedo decir sin duda que ha sido la jornada más floja hasta el momento del Festival de San Sebastián, con películas salvables por supuesto, pero con otras que han ido desde el suspenso hasta el ridículo.

Si ayer hablaba del riesgo de la sección Nuevos Directores y el buen sabor de boca que me había dejado Cargo, hoy tocaba ración, pero al menos contaba con la red de seguridad del cine asiático, o eso pensaba yo.

The Seeds of Violence es una película surcoreana que a través de los ojos de un soldado nos muestra un día en un ejército aún algo anclado en las costumbres y los abusos físicos del pasado, el film utiliza esta figura para hablar de manera general sobre como la violencia engendra violencia en la sociedad, sin embargo los personajes son tan planos y todo lo que pasa ante nuestros ojos nos es tan indeferente que es difícil empatizar con algo de lo que nos cuentan. La cámara en mano en la práctica totalidad de sus planos lejos de introducirnos en la acción acaba cansando y siendo reiterativa. Teniendo en cuenta lo que ha venido luego no ha sido ni lo peor del día pero es una película que apenas unas horas después ya casi he olvidado, intrascendente es lo mínimo que se puede decir sobre ella.


Con Borg McEnroe llegaba una de mis películas más esperadas del festival, me encantan las películas deportivas y más aún las de grandes rivalidades, no lo puedo evitar, así que el mítico enfrentamiento entre dos de los mejores tenistas de la historia no podía más que llamar la atención.
El film toma como epicentro la primera final de Wimbledon que disputaron ambos jugadores, pese al título, pronto nos damos cuenta que la balanza de la película se vence claramente hacia un lado y es que sobre todo retrata la figura del tenista sueco y su ascenso al estrellato, siendo McEnroe una figura secundaria en lo que acaba pareciendo un biopic de Borg. Es por ello que mientras Gudnason brilla retratando de manera perfecta la frialdad exterior pero el volcán interior del sueco, a LaBeouf pese a su buen hacer se le nota que le falta tiempo en pantalla para desarrollar a su chico malo del tenis.

La película me interesa, pero no llega a apasionarme, poniendo un símil tenístico tiene más de la frialdad de Borg que de la garra de McEnroe. Esto se nota especialmente en las escenas de los partidos de tenis, rodadas de manera poco habilidosa y sin apenas épica cuando se pedía a gritos la tensión y maestría tras la cámara que pudimos ver en las carreras de Rush por volver a poner otro ejemplo deportivo. A pesar de ello una película de lo más recomendable.


Segunda visita al cine asiático con la película china From where we've fallen (He Ri Jun Zai Lan), el film que en realidad es una historia clásica e incluso algo simple de venganza, se empeña en poner zancadillas al espectador con una narración desordenada y llena de trampas innecesarias, que pese a ser interesantes estilisticamente no aportan nada al conjunto y consiguen que más de uno (y de dos) se bajen de este barco porque el esfuerzo no vale la pena pese a la belleza de sus imágenes en muchos momentos, una pena.


Wonderstruck es el nuevo y esperado film de Todd Haynes tras maravillar (a mi no tanto) a la audiencia con Carol. El film cuenta de modo simultaneo las historias de un niño en plena década de los 70 y una niña 50 años antes que por distintas razones han huido de su familia y viajado a Nueva York. Visualmente Wonderstruck es una maravilla gracias al mimo que Haynes le dedica a cada fotograma buscando constantemente y de manera nada disimulada ese sense of wonder. La narración en el fondo no deja de ser un cuento entrañable que pide la complicidad del espectador continuamente, para empezar por su propia manera de contarlo y es que más del 50 por ciento de la película es muda, ole los cojones de Haynes por atreverse a hacer una película así hoy en día.

Sin embargo a Wonderstruck le falta algo de la magia que busca constantemente, uno no puede dejar de imaginar que podría haber hecho el Scorsese de Hugo o el mismo Spielberg con este material, además el final es algo simple y falto de imaginación, pero pese a todo no voy a engañar a nadie, yo he acabado la película con una sonrisa bobalicona de oreja a oreja, simplón que debe ser uno. ¡Y que vivan los dioramas!


Marrowbone, con todo el aparato propagandístico de Mediaset detrás, llegaba a San Sebastián con la intención de convertirse en el nuevo fenómeno taquillero del cine español, la bayonada del año vamos, de hecho Sergio G. Sánchez es guionista de varias películas del propio Bayona. Sin embargo si es por la recepción recibida en este festival difícil lo va a tener.

El film se enmarca en esas películas de terror / intriga que tanto han triunfado en nuestro país en los últimos años, y cuando digo se enmarca lo digo con todas sus consecuencias, pues no es más que un refrito de historias ya vistas. Es llamativo que en la primera película de un guionista lo más criticable sea su libreto, ya no es solo que cualquier situación de tensión esté telegrafiada con minutos de antelación o que su resolución sea tan ridícula que haya provocado las risas entre las butacas en los momentos supuestamente más intensos, es que la acumulación de clichés y tópicos es tal que uno acaba sintiendo vergüenza ajena ante la pantalla, quizás hace 15 años hubiera sorprendido a alguien, a día de hoy parece ridículo.


Y llegábamos al final de este largo día con la proyección de Morir película que extrañamente no se presenta a concurso cuando por calidad lo merece claramente. La nueva película de Fernando Franco explora de nuevo los límites del dolor y como este destruye ya no solo a las personas que lo sufren si no también a las más cercanas. La película no engaña a nadie, es dura, muy dura y no acepta ningún tipo de sentimentalismos, es áspera e incluso algo fría por momentos, pero es el camino que elige llevar. Sensacionales tanto Andrés Gertrúdix como Marian Alvarez, Morir es una película que te invita a reflexionar de una manera que quizás no quieres, no apta para todo tipo de gente, hay que saber lo que vas a ver antes de ponerte con ella.


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