sábado, 30 de septiembre de 2017

San Sebastián Film Festival 2017: Día 8

Último día en el festival de San Sebastián, se acabaron los madrugones, las ingestas masivas de cafeína, las carreras de una sede a otra, los comentarios con desconocidos entre película y película, se acaba esta fiesta del cine que para el último día nos reservaba varias comedias y la sorpresa de encontrarme con una de las mejores películas de sección oficial.

Y ese sorpresón se llamaba Der Hauptmann (El capitán), película alemana basada en la historia real de un joven soldado nazi que tras desertar de su ejército y encontrar el uniforme de un capitán recorre toda Alemania haciéndose pasar por él dejando un reguero de muerte a sus espaldas. Robert Schwentke vuelve a su país tras su desafortunado paso por el cine estadounidense con una película que consigue el más difícil todavía, dar un giro a un tema tan trillado como el de la II Guerra Mundial para observarlo desde un prisma original y poco visitado, el de la situación de los desertores de las tropas alemanas cuando estaban a punto de perder la guerra. El film sigue la degradación moral del protagonista según va alcanzando cotas de poder y analiza como Alemania acaba luchando contra sí misma en diferentes facciones cuando el nazismo se empieza a derrumbar. Si bien es cierto que su primera mitad es mucho más acertada, El capitán aguanta el tipo perfectamente durante su extenso metraje, logrando ser extrañamente entretenida a la vez que te revuelve el estómago con imágenes que no se cortan en mostrar la barbarie de la guerra. Probablemente candidata a varios premios en esta edición ha dejado muy buen sabor de boca entre los asistentes y ya está en todas las quinielas.


The Leisure Seeker trata sobre una pareja de ancianos que decide hacer un último viaje en una caravana. El film está lleno de ternura aunque peca de exceso de sensiblería en algunas ocasiones y se empeña en remarcar todo demasiado, pero se le perdona por las extraordinarias actuaciones de un Donald Sutherland entrañable y una Helen Mirren llena de fuerza y compasión. Una feel good movie con su puntito emotivo y sin demasiadas pretensiones, se pasa tan bien como rápido la olvidaremos.


La gran enfermedad del amor (The Big Sick), ojo con el título en castellano, es la última comedia romántica producida por Jude Apatow y como tal lleva todas sus señas de identidad, historia de amor complicada entre adultos que se niegan a crecer y un tipo de humor basado más en conseguir una atmósfera llena de sonrisas que de la búsqueda del gag. En esta ocasión sin embargo hay varias diferencias, el primero que en muchos momentos abraza el drama sin ningún tipo de rubor y sobre todo que se une a esa corriente de humor pesimista y casi nihilista tan de moda en los últimos tiempos con gente como Louis CK, series como Master of None (fácil esta comparación) o si nos remontamos un poco más atrás el propio Larry David. Con unos maravillosos Kumail Nanjiani (también guionista) y Holly Hunter, el film está un pelin alargado (otro problema habitual de las producciones de Apatow) lo que hace que su ritmo se resienta en ocasiones, pero a pesar de todo acaba dejando un buen sabor de boca sin que vaya a permanecer en nuestra memoria cinematográfica tampoco.


La sección oficial se ha clausurado con The Wife película que destaca sobre todo por la extraordinaria interpretación de Glenn Close, en la historia de la esposa de un escritor que está a punto de recibir el premio nobel de literatura. Sin llegar a molestar hay poco que destacar de este film al margen de la labor de su actriz principal, la dirección es plana y el guión previsible y carente de emociones, el resto del reparto cumple si exceptuamos a un flojo Max Irons, pero la historia tiene tan poca chica que no da para más. La maldición de la película de clausura se vuelve a cumplir y nos vuelve a dejar con una película más digna de un domingo a media tarde que de un festival como este.


Y cerraba la sección Perlas y mi festival particular, Loving Pablo, la nueva película de Fernando León de Aranoa en la dirección y Javier Bardem y Penélope Cruz, a la que por cierto debe haber gente que le tiene muchas ganas por lo visto por la sorna de varios asistentes desde su primera aparición.

El film se basa en la figura del ya archi referenciado Pablo Escobar (¿cuantas series y películas van en los últimos años?) y supone un giro en la carrera de León de Aranoa hacia un cine de puro entretenimiento. Pese a varias escenas de acción más que apreciables por parte de Aranoa y la buena labor de Bardem el film no se sostiene por la multitud de errores que tiene que soportar, comenzando por una historia de amor nada creíble, que además se supone que es el eje central de la película. Por otra parte Loving Pablo quiere contar tantas cosas que acaba siendo confusa para el espectador, algo que no soluciona ni la omnipresente voz en off que por reiterativa acaba volviéndose insufrible. Finalmente Penélope Cruz, actriz que admiro en muchos de sus papeles pero que depende en exceso de como la dirijan es un enorme error de casting, por que no funciona como personaje y su química con Bardem es inexistente (quién lo iba a decir) acabando por convertirse en un lastre para la película, sus pelucones dignos de culebrón de mala muerte tampoco ayudan. Del hecho de que colombianos hablen entre ellos o incluso dentro del Congreso en inglés mejor no hablemos porque es bastante ridículo.

Decepcionante y poco recomendable, el recuerdo tan presente de Narcos en nuestra memoria tampoco le hace ningún favor.


Han sido ocho días de risas, de emociones, de estar con amigos, conocer a otros nuevos, volver a encontrarte a esa gente que solo ves en los festivales, carreras, discusiones encendidas delante de un zurito y un pintxo, sueño, mucho sueño, conversaciones con desconocidos que con el paso de los días ya se iban haciendo un poco más conocidos, de disfrutar una ciudad tan maravillosa como es San Sebastián y sobre todo cine, mucho cine, algunas películas han gustado más, otras menos, pero lo que no cabe duda es que he vuelto a disfrutar como un enano.

Por todo esto Eskerrik Asko Zinemaldia, nos vemos el año que viene Donosti, Agur.

De postre, mi ranking personal de lo que más me ha gustado en esta edición:



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