sábado, 28 de octubre de 2017

Nocturna 2017: Jueves y Viernes

Un año más, por quinto consecutivo, el Festival Nocturna llega a Madrid, reinventándose tras el cierre de los cines Palafox, su sede habitual, con cambio de fechas y recorte en las jornadas de duración, pero manteniendo las ganas de traer el mejor cine de género a la capital.

Este año se han juntado varios factores en el apartado personal, por una parte el cambio de fechas ha hecho que esté prácticamente pegado a Sitges, lo cual hace que en mi caso tenga ya vistas gran parte de las películas de su programación, además por tema laboral este año iba a disponer de menos tiempo que nunca para asistir. Pero al mal tiempo buena cara y nuevos objetivos en este Nocturna, por una parte me sirve para rescatar esas películas que se me escaparon en Sitges y por otra este año he decidido tocar todas las secciones del festival para tener una visión más completa.
Si bien el Miércoles me estrené con la gala de inauguración con la divertida Feliz día de tu muerte, mi festival se divide en dos tramos de dos días, Jueves - Viernes y Fin de semana.


El corto Mantener fuera del alcance de los niños demuestra que su director sabe rodar, pero también que no tenía una idea demasiado clara de partida para realizar este cortometraje. El argumento es tan flojo que más allá de la demostración del buen manejo de cámara de su realizador, nada quedará en la memoria del espectador.



The Night watchmen de la sección Dark Visions, en un principio era todo lo que uno podía desear para ver en Nocturna tras un día duro de trabajo y es que apestaba a película festivalera de serie B con gore y diversión, o eso parecía con su premisa inicial en la que un grupo de vigilantes nocturnos tienen que luchar por su vida después de que la oficina en que trabajan se convierta en un nido de zombis, argumento que enseguida nos recuerda a la divertida Bloodsucking Bastards (película por cierto en la que aparece el hoy famosisimo Pedro Pascal).

Una vez comenzada la película descubrimos que las criaturas son una mezcla de payasos asesinos, vampiros y zombis que para rematar se tiran pedos al morir, ¿qué podría fallar con estos ingredientes?. Pues todo, porque The Night watchmen es sorprendentemente poco divertida, sin llegar a tomarse en serio a sí misma (sería imposible) nunca abraza del todo la parodia, no acierta con el humor y tampoco se decide por un gore gamberro que la película pedía a gritos. Su principal y enorme problema es la torpeza de su director y actores en la comedia, si bien es cierto que de vez en cuando consigue alguna sonrisa, la sensación es de que llega por agotamiento, y es que el film recuerda a ese boxeador derrotado que lanza golpes al aire como un molinillo y alguno acaba golpeando de manera inocua en el hombro de su rival. La película lanza gags de manera tan continua y desesperada que alguno acaba por hacerte gracia, aunque sea en comparación por no ser tan malo con los cinco anteriores que lo acaban de intentar. Esto unido a la completa falta de ritmo que consigue que una película de escasos ochenta minutos haya mirado mi reloj en un par de ocasiones hacen que se convierta en una absoluta decepción hasta el punto de que ni siquiera es capaz de hacer que te enfades o te rías con su mediocridad, simplemente te deja la impresión de que cuatro amigos sin conocimientos de cine se han juntado y han hecho una película en cuatro ratos.



Tras dos días de aproximación el Viernes ya era un día propiamente festivalero con tres películas. Para comenzar pudimos ver el corto Caronte que presentó su director y director de fotografía. Caronte es una historia de ciencia ficción con un trasfondo dramático que tendréis que descubrir por vosotros mismos. Lo primero que llama la atención del cortometraje es su elevadísimo nivel técnico, con unos efectos espectaculares, algo que no extraña viendo que su director ha trabajado en producciones como Interstellar, pero más allá de eso Caronte consigue entretener y emocionar, lo que todo cortometraje debería buscar, una gratísima sorpresa y que augura un gran futuro Luis Tinoco si cuenta con alguna oportunidad en el largometraje.


A continuación tocaba descubrir Les Affames, una de las sensaciones del año dentro del género fantástico. Antes de comenzar pudimos ver un divertidísimo video de presentación de su director Robin Aubert junto a su hija.
Les Affames nos sitúa en un mundo en el que los zombis han arrasado la tierra y los pocos supervivientes huyen sin rumbo fijo ni apenas esperanzas. El film se decanta claramente desde el principio por el lado dramático y la unión de sus personajes en una improbable familia retrata sus miserias como individuos más allá de la situación postapocalíptica en la que se encuentran.
No voy a negar que Les Affames cuenta con una realización sobresaliente y es que Aubert compone planos y escenas absolutamente maravillosas, sin embargo creo que le faltan ingredientes para apostar de manera tan decidida por el drama, principalmente porque los personajes apenas están definidos, algunos de ellos a esbozos, y otros ni siquiera eso, lo cual hace que nunca lleguemos a involucrarnos con ellos y la película sea incapaz de superar su belleza formal para impactar emocionalmente.
Y es una pena porque tanto el film como su director tienen potencial, el primero pasará sin pena ni gloria por mi memoria cinéfila al menos, del segundo espero con ganas nuevos proyectos, esta vez si con un guión que respalde su buen hacer.


A continuación pudimos ver el cortometraje I am the Doorway adaptación muy libre de un relato de Stephen King, el corto nos cuenta la vieja historia del virus extraterrestre que infecta a un humano, de una manera un tanto peculiar y si bien la idea es original el corto no pasa más allá de eso, tornándose en repetitivo y cansino, con la sensación final de que en menos de diez minutos podrían haber contado la misma historia de un modo más ágil e impactante.


Y llegaba mi plato fuerte del festival, y es que Revenge había maravillado a mucha gente y su directora Coralie Fargeat acabó llevándose el premio de mejor dirección.
Revenge sigue la estructura clásica de los Rape and Revenge en una historia donde tres amigos dan por muerta a una chica en el desierto después de que uno de ellos la violara y la joven acaba regresando para vengarse.
Mis problema con la película comienzan con su estructura y un primer acto de presentación de personajes excesivamente alargada, donde además la directora ya comienza a mostrar una búsqueda del virtuosismo virtual más efectista que efectivo, esta primera parte está plagada de secuencias en las que Fargeat se adorna sin ninguna utilidad narrativa, esto como recurso me puede parecer valioso pero su reiteración me acaba agotando y siempre me ha hecho pensar en ciertas carencias a la hora de saber contar una historia que se intentan tapar con chiribitas que despisten al espectador, lo siento pero nunca voy a estar de acuerdo con que se premie este tipo de direcciones.

Pero más allá de eso la sorpresa viene cuando descubres que Revenge acaba convirtiéndose en casi una comedia y me temo que de modo involuntario, todo en ella es tan excesivo, tan pasado de vueltas que me acaba sacando de la película, soy el primero capaz de suspender la sensación de credibilidad para dejarme llevar y disfrutar de una película, pero en Revenge todo acaba siendo tan absolutamente ridículo y absurdo que me es imposible seguir su juego, ya no es que una chica de 50 kilos pierda 30 litros de sangre y esté como nueva (y dispuesta a perder otros 20 litros más a continuación), ya no es que un personaje en un momento no se pueda ni mover y al rato esté como nuevo, o que adquiera habilidades por arte de magia, es que la película es simplemente una conjunción de momentos risibles. Ni siquiera los momentos más gore de venganza son disfrutables y es que su directora ha estado más pendiente de mostrarnos primeros planos de insectos o personajes tras cristaleras de colores que de construir una buena secuencia de acción.
El resumen de la película es su clímax, donde Fargeat se marca un portentoso plano secuencia que descubres que no sirve para nada, más allá de demostrar que sabe hacerlo y sin embargo se decide por finiquitar la acción con un ridículo pilla - pilla en el que la sala ya no pudo más y se empezaron a escuchar risas nerviosas y comentarios humorísticos sobre los litros de sangre y lo que va a costar limpiar aquello.

Quizás mi problema sea con el tono de la película, porque si pienso en ella como parodia hasta me hace gracia y todo y pienso que podía ser disfrutable, sin embargo dudo mucho que esa fuera la intención inicial de Revenge.


Tocaba acabar la jornada con una de esas sesiones nocturnas a las que solo se atreven los más valientes, y es que a partir de las doce tocan las apuestas más arriesgadas de la programación donde lo único que se busca es la diversión pura. Game of Death apuesta claramente a ser ese tipo de película, donde un grupo de adolescentes hormonados acaban jugando a una especie de Jumanji mortal en el que tendrán que decidir entre matar par sobrevivir o ser asesinados por el juego. Chistes sexuales de adolescentes, explosiones de cabeza con litros de sangre (y aún así entre todos los muertos sangran menos que la chica de Revenge) y muchos manatíes. Game of Death ofrece diversión cuando decide ser gamberra y desenfadada y nos deja varias escenas hilarantes, cuando intenta ponerse seria su ritmo decae muchísimo y deja de interesarme, por suerte en sus 73 minutos apenas le da tiempo a hacerlo así que pocas quejas para una de esas películas malas que se disfrutan en compañía en una sala de cine a esas horas de la noche, ni se os ocurra poneros esto en casa si no estáis acompañados de amigos y cervezas eso si.



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