viernes, 6 de octubre de 2017

Sitges 2017: Día 2

Cuando algo tiene que salir mal mejor que sea cuanto antes, así que como éste día dos ya ha sido un poco desastroso esperemos habérnoslo quitado ya de encima. Para empezar la jornada empezaba torcida porque el día anterior no había podido cuadrar como quería las películas en esa contrarreloj matutina que supone pedir las entradas para prensa, si a mi despiste habitual le sumamos que a las siete de la mañana uno no está todo lo despejado que quisiera pues da como resultado que no le das al ok final al reservar y cuando te quieres dar cuenta de tu fallo ya se ha agotado casi todo, así que cambios, improvisaciones y a recolocar películas.

Comenzando con Annabelle Creation la nueva película que se han sacado a partir de Expediente Warren, porque ahora mismo todo el mundo quiere un universo propio, así que tras el spin off de la muñeca, ahora la precuela del spin off, de locura oigan.
Y mira que ya en el mismo festival y con su antecesora tuve una mala experiencia pero las buenas críticas con las que llegaba desde EEUU me hizo darle un voto de confianza, que gran error. No sabría decir si este Creation es peor que su antecesora o mejor, porque al igual que me pasará con esta, olvidé la anterior a los pocos días.
Annabelle Creation nos cuenta los orígenes de la ya cansina muñequita que tiene tan a mal vivir a los Warren, para ello propone una escena inicial sonrojante con tragedia incluida, una sucesión de tópicos y cliches de los peores momentos del cine de terror y una explicación de los hechos en un minuto que directamente viene incluida en el trailer, ya está, es eso, en serio. El film tiene una estructura tan simple que apenas se molesta en explicarnos la situación de los personajes, y rápidamente se lanza a toda velocidad en el ya consabido tren de la bruja con portazos, aumentos de volumen, muñecas que aparecen donde no deben y cosas que se mueven, todo ello desde la más absoluta vacuidad argumental y sin un mínimo esfuerzo para construir alguna escena digna de recordar. Los personajes no solo me dan igual si no que me caen mal, cada vez que la película me quiere asustar me lo anuncia con dos minutos de antelación para acabar con alguna resolución que ya hayamos visto mil veces antes, los personajes aparecen y desaparecen sin ningún sentido. Al final acabas pasando de la vergüenza ajena al enfado porque esto es una tomadura de pelo, eso si, que no falte sus sutiles (ironia mode on) conexiones con el Warrenverso que hay que seguir estrujando la gallina de los huevos de oro. En fin, mientras de dinero (rozando los 300 millones ya la joyita) seguirán haciendo estas cosas sin esforzarse.


Corriendo de nuevo (lo sé, tengo que mirarme mejor los márgenes entre película y película pero en mi defensa tuve que replanear todo tras el desastre de reserva de entradas del día anterior) llego a Retiro para The Heretics donde se da el primer caso de efecto festival de éste año, ya sabéis, después de comerte un bodrio, por comparación la siguiente ya no te parece tan mala. Y es que con cualquier cosa me valía después del desastre anterior. Otra película sobre sectas satánicas, y ya van tres en dos días.
En éste caso la historia de una chica en proceso de recuperación años después de vivir una traumática experiencia con una secta satánica que vuelve a ser secuestrada por un hombre que afirma intentar protegerla de esa misma secta. La película se nota que está hecha con cuatro duros, así que intenta sobrevivir a base de crear un ambiente opresivo y malrollero, esto junto a un par de giros de guión bien colocados hace que la cosa sea digerible. No nos engañemos, en cualquier otro momento la dejaría por los suelos, tiene momentos de cutrez máxima y algunas actuaciones son discutibles siendo generosos, pero a mi en esos momentos ya me valía todo. Los que no habían sufrido como yo antes han salido renegando claro.


Y para acabar la mañana tocaba Wind River, uno de mis grandes objetivos de esta edición del festival, básicamente por ser el nuevo guión y primera película de Taylor Sheridan, el creador de dos burradas de películas como Comanchería y Sicario, un tío cuyos proyectos sigo muy atentamente desde entonces.
Y ha decir verdad, lo peor que le pasa a Wind River son las expectativas puestas sobre ellas, algo tan injusto como inevitable, porque con esas dos compañeras de viaje es muy difícil sobresalir.

Pero si obviamos esto es evidente que Wind River demuestra de nuevo la maestría de Sheridan en la escritura, contando una historia simple a priori pero llena de detalles y matices que enriquecen el conjunto. Más allá de la resolución de un asesinato el film se detiene a explorar relaciones familiares, personajes complejos psicológicamente hablando y la cerrada sociedad de los indios nativos americanos. La película no tiene ningún miedo en detenerse las veces que haga falta para observar el silencio de parajes bellos pero con cierta desolación (marca de la casa de Sheridan), la relación del hombre con la naturaleza o como los personajes se relacionan, o lo intentan, entre sí. Para ello cuenta con la magnífica labor de un Jeremy Renner prácticamente perfecto como ese lobo solitario que se aleja constantemente de la manada para curarse sus heridas y una Elisabeth Olsen que ya no sorprende a nadie con su capacidad para adaptarse a todo tipo de papeles. A destacar también la breve pero eficaz intervención de Graham Greene, Jon Bernthal y Gil Birmingham. En el debe sin embargo queda una dirección algo torpe en algunos movimientos de cámara o elección de planos (algo en lo que el montaje también tendrá su responsabilidad) y que deja la impresión de que a la película siempre le falta un puntito de carisma y de alma para acabar de despegar del todo. A pesar de eso y teniendo en cuenta que Warren Ellis y Nick Cave nos vuelven a ofrecer una obra de arte en la banda sonora, nos encontramos con una película que se asienta en el notable con facilidad, más allá de compararla con trabajos pasados.


Y para acabar el día Mom and Dad la nueva película de nuestro amado Nicholas Cage (a ver cuantas veces repito su nombre) y la que por fin confirma que el actor se ha vuelto un subgénero en sí mismo, y es que no nos engañemos, la gran mayoría de los asistentes de Tramuntana hemos ido a eso, a ver una actuación histriónica, exagerada, llena de tics y de miradas de loco, lo que nos gusta de Cage claro.
El film tiene un comienzo prometedor con una idea original, la de una extraña plaga que hace que a los padres y madres les dominen instintos asesinos sobre sus hijos. Sin embargo tras esa original presentación, la película cae en un valle importante en su tercio central, curiosamente (o no) cuando menos aparece nuestro meme favorito y se pone excesivamente seria. Sin embargo en sus 20 minutos final Mom and Dad remonta y de que manera cuando vuelve el Brian Taylor más desfasado, el que nos hizo quererle en una locura como Crank, con una Selma Blair desatada y sobre todo con Nic Cage arrasando con todo, de tal modo que el director directamente ya nos crea los GIFs ralentizando la imagen o centrándose en sus idas de olla.
Una gamberrada divertida pero con graves problemas de ritmo y que no aprovecha bien las posibilidades de su original premisa, pero, a cambio tenemos una nueva galería de Gifs y memes de Cage y eso siempre es bien.


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