miércoles, 11 de octubre de 2017

Sitges 2017: Día 6

En el sexto día ya han comenzado las bajas mañaneras, algo que antes o después tenía que pasar ya que el cansancio se acumula. Poca paciencia con las películas, abandonos rápidos de lo que no gusta, el eterno dilema de si el ritmo de un festival es el mejor para ver cine ya está más que debatido, así que esto es lo que hay y con ello vamos a muerte.

Como decía, con unas cuantas butacas vacías de los habituales en las sesiones mañaneras del Auditori nos despertábamos con La Piel Fría, adaptación de la homónima novela de Albert Sánchez Piñol, obra ya mítica dentro del genero fantástico en la literatura catalana. Como amante de la obra os puedo asegurar que Xavier Gens se enfrentaba a una tarea titánica, no por su complejidad, si no por la dificultad de trasladarla a un lenguaje narrativo diferente y lo ha salvado más que dignamente. Con pequeños cambios, el film es fiel a lo que la novela sugiere, que no es nada nuevo, el mensaje del hombre es un lobo para el hombre, la aceptación de lo diferente, los toquecitos lovecraft, todos son cosas ya vistas, lo interesante es el modo en que Piñol lo cuenta y la versión cinematográfica mantiene la esencia de esa visión. El film también se aprovecha de un casting de lo más acertado, siendo David Oakes el más flojito, Aura Garrido borda un papel dificilismo y dota de vida y personalidad a su Aneris, pero es Ray Stevenson el que se come la película cada vez que aparece en pantalla.
Su pausado tempo narrativo puede desesperar a unos cuantos pero en realidad la historia así lo requiere, no es una película de acción, no es un survival, es un cuentito fantástico y romántico.


Tardaba mucho en llegar pero ya está aquí, la película que me hace ir a contracorriente de casi todo el festival, ya es una tradición y este año tampoco podía faltar, en esta ocasión la afortunada es The Maus. Yayo Herrero ya había levantado grandes expectativas con sus cortos sobre todo tras el multipremiado Safari y para su primer largometraje vuelve a visitar territorios comunes no solo geográficos si no también temáticos ya visitados en su primer corto Picnic.

The Maus continua explorando las inquietudes sociales y políticas de Yayo Herrero, con una historia sobre la imposibilidad de cerrar las heridas producidas por la sinrazón de la guerra, la carga de los demonios internos y la dificultad para empatizar con el sufrimiento ajeno de aquellos que no lo han sufrido en sus carnes. El film está plagado de manera poco disimulada de metáforas y simbología sobre estos hechos, donde el dolor provoca que realidad y ficción se confundan en una pesadilla de la que la protagonista es incapaz de escapar atrapada por unos enemigos que no solamente son externos, al igual que le ha sucedido a su país, mientras su novio no para de hablar de protegerla cuando ni siquiera es capaz de comprenderla y solo cuando siente el dolor en sus carnes es cuando empieza a entenderlo (maravilloso como enlaza todo con la situación europea actual).

The Maus es exigente con el espectador y poco agradecida con aquel que no entre en su trinchera, esto unido a su ritmo pausado y su temática hace que probablemente este no sea el festival más adecuado para presentarla ni su público objetivo. Particularmente me ha maravillado y me ha mantenido en vilo hasta el final, aunque entiendo también los que se han quedado fuera de la propuesta, eso si, lo de chotearse cuando no te gusta la película igual habría que dejarlo a un lado, porque en el resto del festival no se hace y parece que a algunos se les perdona todos y con los novatos todos se atreven.


Llevo todo el festival buscando la gran película coreana, la sucesora de A Hard Day o Veteran, Battleship Island no ha sido mala opción pero no es el thriller asiático que estamos esperando, lamentablemente A Day tampoco lo va a ser. El film juega con la estructura de Atrapado en el tiempo (El día de la marmota de toda la vida) con la historia de un doctor que tiene que revivir una y otra vez el día en que ve morir a su hija en un accidente de coche sin poder salvarla, a partir de aquí la película realiza algunos giros inesperados que le dan cierta originalidad, el problema es que para realizarlos modifica a su antojo las reglas de su propio universo de manera bastante tramposa, dejando la impresión de que todo vale para conseguir la sorpresa del espectador fruto de un guión con una buena idea pero poco pulido. Entretenidilla sin más y bastante convencional para ser cine asiático, si me dicen que es un blockbuster hollywoodiense me lo creo.


Que el estilo de los Coen se ha convertido prácticamente en un género, historias en pequeños pueblos rurales del interior de EEUU con un microcosmos cargado de personajes a priori convencionales pero llenos de intrahistorias que explotan normalmente con un acto de violencia, que este sea cometido por un personaje excéntrico también suele ser habitual. Todo esto está en el libro de ruta de Sweet Virginia ¿y que más? pues poco más, porque más allá del estilo Coen la película se queda bastante coja, con unos personajes cualquier cosa menos memorables, unas situaciones previsibles y carentes de emoción y una resolución fría y anticlimática.


A veces uno se deja arrastrar por los comentarios y la corriente que sitúa a Thelma en el palmarés final de esta edición del festival cada vez más fuerte, así que con un cambio de última hora conseguí colocarla en mi horario, vaya a ser que me perdiera la película del festival, y no sé si lo será, pero si me la hubiera perdido no pasa nada.
Thelma es el Crudo de éste año, película con la que tampoco comparto ese entusiasmo que la persigue por cierto, de nuevo el despertar sexual como llave para el autodescubrimiento del personaje principal, si en el caso anterior era a través del canibalismo, en esta ocasión el coming of age se basa en sus poderes. Pero para contar esto se te tiran más de una hora con historia de amor LGTBI bastante insulsa, padres castradores, religión y demás zarandajas. Ni me ha parecido original, ni bien llevada ni apenas interesante, esto me lo dejan como un capitulito de una hora de cualquier serie tipo Más allá del límite y no le extraña a nadie y hasta a lo mejor queda curioso. El doble final reiterativo ya es la gota que colma el vaso, si por lo menos hubiera aparecido en la puerta del Instituto Xavier para jóvenes talentos hubiera tenido su gracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario