sábado, 7 de noviembre de 2015

Spectre

Spectre

Director: Sam Mendes

Actores: Daniel Craig, Christoph Waltz, Lea Seydoux, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Ben Whishaw, Dave Bautista, Monica Bellucci, Andrew Scott.

Guión: John Logan, Neal Purvis, Robert Wade, Jez Butterworth (Basado en los personajes de Ian Fleming).

Productores: Barbara Broccoli, Michael G Wilson.

Montaje: Lee Smith

Fotografía: Hoyte Van Hoytema

Música: Thomas Newman

Producción: B24, Columbia Pictures, Danjaq, Eon Productions, Metro Goldwyn Mayer


Entre algunos fans de la saga 007 existía la broma de que en la etapa de Daniel Craig a cada película buena le sigue una mala, ésta apreciación, apresurada por supuesto cuando solo existían hasta el momento tres films con nuestro nuevo Bond rubio, parece confirmarse ahora, y es que a la espectacular presentación que supuso Casino Royale del nuevo 007 le siguió la enormemente mediocre Quantum of Solace, Sam Mendes apostó fuerte con Skyfall con un film tan arriesgado en su temática como exitoso a nivel de crítica y público, no obstante se convirtió en la película Bond con mayor recaudación de la historia, superando los 1.000 millones de dólares por primera vez en la franquicia, sin embargo Spectre si bien no podemos decir que haya caído a los niveles de Solace si que supone un bajón enorme de calidad respecto a las dos películas "buenas" de éste nuevo Bond.

Sin embargo el comienzo de Spectre es absolutamente espectacular con una secuencia enmarcada dentro de un entorno tan atractivo como es la celebración del día de los muertos en Mexico DF, Sam Mendes se gusta filmando un espectacular inicio en el que mezcla los planos secuencias siguiendo a nuestro héroe con planos generales con miles de extras, tiroteos con la acción más física, para acabar en una pelea en un helicóptero sin ningún tipo de verosimilitud pero llena de diversión y adrenalina que nos retrotrae a otros momentos de la saga Bond en los que lo lúdico estaba por encima del realismo con el que se ha dotado al Bond de Craig, más cercano al moderno Jason Bourne que a sus antecesores como agente doble cero.
Ésta sensación de pastiche nos va a acompañar durante todo el film.


Pese al reseteo que supuso Skyfall, el film apuesta por cerrar el círculo de la saga protagonizada por Daniel Craig, relacionando en su trama todos los hechos ocurridos durante las tres entregas anteriores, introduciendo un factor común que los une y que ha estado detrás de todos ellos entre las sombras, la organización Spectre, ésto que a priori podría resultar interesante se ve excesivamente diluido con una trama que avanza a tirones y que nunca llega a despegar del todo.

Tras un opening tan desacertado en la elección del tema musical de Sam Smith como poco atractivo en lo visual (de nuevo volvemos a la curiosidad de la alternancia tras las maravillas que supusieron Casino Royale y Skyfall a nivel estético y musical), el film arranca de manera excepcional con un Bond de nuevo solo ante el peligro y un tercio inicial notable donde Sam Mendes demuestra su talento y polivalencia como director, elegantísimo a la cámara en el funeral, sensual y provocador en el juego erótico entre Craig y Bellucci (que se come el film en cinco minutos) o misterioso y evocador con esa presentación entre sombras del villano principal del film, escena que por cierto, ojalá no hubieran destrozado en el trailer.

A partir de ahí la película se convierte en una montaña rusa donde a cada acierto le sigue un error, a cada aspecto novedoso de la trama le acompaña la inevitable y finalmente cansina referencia a los títulos anteriores, así al acierto que supone Dave Bautista como lacayo silencioso e intimidante con su sola presencia física se le opone el absoluto desastre (y parece mentira siendo quien es) de Christoph Waltz como villano, en un papel que pedía más histrionismo, más sutileza, lo que fuera, pero requería más presencia del actor austriaco que deja la sensación de dejarse llevar cuando tenía un auténtico caramelo entre manos.



El film continuamente se debate entre dos vertientes, quiere volver a las tramas pasadas para cerrarlas pero ni llega a dotarlas de verdadero significado ni se centra tampoco en esa supuesta amenaza de espionaje global que sugiere la organización Spectre, en ocasiones quiere dotar de mayor peso al grupo formado por Q, M y Moneypenny y en otras vuelve al esquema clásico de Bond como héroe solitario.

Al final esa sensación de mezcla y de continua vuelta al pasado queda impregnada de tal manera en el espectador que no puede evitar las comparaciones que no dejan al film en demasiado buen lugar porque Spectre no llega a la espectacularidad de Casino Royale, ni consigue alcanzar, pese a que lo intenta, el trasfondo dramático y personal que le dio Skyfall al pesonaje de Bond, Lea Seydoux jamás se acerca a lo que supuso Eva Green como chica Bond, o Hoyte Van Hoytema no está demasiado acertado en comparación con la impresionante fotografía de Roger Deakins en la entrega anterior.

No podemos decir que Spectre sea un absoluto desastre ni mucho menos (es muy superior a la bochornosa Quantum of Solace), es espectacular, hará pasar un buen rato y es capaz (a su manera) de cerrar el círculo que ha supuesto éste nuevo 007, sin embargo su enorme irregularidad hará que tampoco quede entre los films más recordados de Bond. 

Ésta vez tocó la mala.

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