martes, 24 de mayo de 2016

Nocturna 2016: Inauguración: The Hollow Point

Por fin y tras cierta incertidumbre ayer dimos el pistoletazo de salida a Nocturna 2016, un festival al que es imposible no cogerle cariño, no tiene el nivel de películas de Sitges, tampoco el ambiente gamberro y mandanguero de la Muestra Syfy, pero es ese festival chiquitito que lucha por sobrevivir, donde el ambiente es más familiar, la organización tiene un trato más cercano con todos y de una sesión a otra puedes viajar de un bodrio a la mayor sorpresa que nunca hubieras imaginado que te iba a gustar, es así, pero es nuestro Nocturna.


Ya desde la Rueda de Prensa de presentación Luis Rosales y José Luis Alemán nos anunciaron que ésta edición ha tenido más problemas aún y que incluso en Enero sobrevoló la sombra de la suspensión, aún así han seguido hacia delante, con reducción de presupuesto de nuevo, 50.000 euros éste año y con la pena de haber rozado con la yema de los dedos la presencia del maestro Carpenter con nosotros éste año.

A pesar de todos éstos imprevistos, Nocturna ha conseguido el gran bombazo, que The Conjuring 2 clausure el festival, una de las películas más esperadas por los amantes del fantástico. Plato fuerte también en la inauguración con The Hollow Point, el nuevo trabajo de Gonzalo López Gallego.


Y ha sido el propio director el que ha presentado su película en la sesión inaugural, sin querer contar demasiado sobre ella pero lamentándose de la escasa (y en algunos casos nula) distribución de sus films en España.

Pero antes pudimos ver el corto Yo no he sido con dirección de Ángel Ripalda y guión de Santiago Taboada, antiguo colaborador de Nocturna, corto al cual se le agradece su buena factura técnica y su conseguido tono malrollero pero que pierde gran cantidad de su encanto por la previsibilidad de su desenlace. 



The Hollow Point es un film que juega a mezclar géneros, deambulando entre el western fronterizo, el thriller e incluso un toque noir con claras influencias del cine de los Coen (quizás más de sus inicios en Sangre Fácil que de su Fargo) y si nos ponemos atrevidos cierto regusto McCarthy se sitúa ésta historia de contrabando de balas en la frontera entre México y EEUU en la que no paran de suceder cosas y sin embargo siempre se mantiene el foco de interés sobre sus personajes. Y ésto es de agradecer, porque si tienes a un sorprendente James Belushi, al siempre eficaz Patrick Wilson, a esa bestia parda llamada Ian McShane absolutamente perfecto en su papel de sheriff acabado y a un enorme John Leguizamo que roba cada plano en el que aparece (y ojo que viendo la compañía que tiene ésto es decir mucho eh), no quieres dejar de verlos en pantalla y saber más de su historia.


Y ese es el gran acierto de la película, que de algún modo consigue que sin explicarnos nada tengamos ésta sensación de que conocemos la historia de todos ellos, los personajes tienen un background importante detrás y con apenas cuatro frases o tres acciones queda perfectamente definido para cada uno de ellos. A partir de ahí los diálogos vuelan como dardos afilados, llenos de juegos de palabras y dobles sentidos y el ritmo del film se divide entre su actitud contemplativa y las explosiones de una violencia brutal que te deja pegado al asiento por el fuerte contraste con el tono del resto del film. Gonzalo López Gallego deja la cámara libre y sin estridencias se dedica a seguir la acción de un modo un tanto frío, casi quirúrgico, sin posicionarse con ninguno personaje porque realmente no hay ninguno defendible, todos están llenos de claroscuros y arrastran sus miserias junto a ellos.

Hay que destacar también la precisión del guión de Nils Lyew, que además de conseguir ese trasfondo para sus personajes sabe hacia donde se quiere dirigir en cada momento y no se pierde en rodeos para llegar a su destino, cada pequeño chiste, cada arranque de violencia siempre sirve también para definirnos parte de la acción o de los personajes, tal vez se le pueda echar en cara ese regusto a drama romántico final que es lo menos conseguido del libreto pero a cambio nos reserva una maravillosa sorpresa final cuando creíamos que todo había acabado y que no os deberíais perder.

Podemos caer en la pregunta sobre si The Hollow Point realmente pega con el tono de Nocturna y probablemente la respuesta sería no, pero ese debate ya le hemos tenido incluso en Sitges, donde cada vez más se cuelan películas fuera del género fantástico, sin embargo lo importante es que estamos ante un film más que recomendable, que crece aún más en tu cabeza según van pasando las horas y lo vas recomponiendo, con unas grandísimas interpretaciones y una historia interesante, pero que corre el riesgo de ser maltratado nuevamente en su distribución en España aunque sin duda se merecería una oportunidad por su calidad.

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