jueves, 12 de octubre de 2017

Sitges 2017: Día 7

Por lo que llevo aprendido de los festivales en estos años, hay un día que hay que descansar, bajar el ritmo y dedicarte a dormir por la mañana y coger pocas películas, disfrutar un poco de la playa, del pueblo y de las cervezas con amigos, para desconectar y coger fuerzas para el tirón final, ese ha sido el día de hoy y ha salido bien.

Aunque también puede que me haya perdido una de las películas del festival, Brimstone me echaba para atrás por su duración y su temática, pero sin embargo parece que ha gustado y mucho, varias voces proclamándola como la mejor película de esta edición, así que hay que apuntársela en los deberes pendientes.


Así que comenzaba mi Tramuntana Day con Dave made a maze película de corte muy independiente que ha ido triunfando por cualquier festival por el que ha pasado. Y después de verla solo puedo decir que lo entiendo y lo apoyo.
Si en Dentro del laberinto (referente total de este film) Sarah su protagonista daba el salto de la adolescencia a la madurez, en esta ocasión Dave intenta superar esa adolescencia tardía tan en boga hoy en día llamada síndrome de Peter Pan. Y quizás sea por ello que es tan fácil empatizar con todo lo que nos cuenta la película y es que antes o después todos vivimos ese momento de pérdida, de desorientación con nuestra propia vida. Dave se crea su propio laberinto para no tener que salir de él, pero incluso dentro se da cuenta que tiene que crecer, que dejar atrás personas, que sufrir en sus relaciones y sobre todo que acabar las cosas.
Este derroche de imaginación lleno de referencias no solo a Dentro del laberinto, si no incluso a Fraggle Rock o Community, te deja con un buen rollo tremendo y se convierte en una de las feel good movie del año.


Seguía en Tramuntana con The Wall película de mi siempre valorado y denostado por el resto Doug Liman (Al filo del mañana, El Caso Bourne, Swingers). El film se sitúa en la guerra de Irak y en el enfrentamiento entre un francotirador iraquí y un soldado estadounidense, en ese espacio tan pequeño The Wall se consolida como un ejercicio de estilo y una clase magistral de como mantener la tensión y el interés dosificando la información que recibe el espectador y manejando el tempo de manera espectacular. Gran parte de la capacidad de la película de mantener el espectador es por la gran labor de sus actores, desde un sorprendente John Cena, pasando por un completísimo Aaron Taylor Johnson y la impresionante labor de Laith Nakli que con su sola voz y un punto de mira consigue una presencia amenazante representando esa amenaza que no tiene cara.


Para terminar mi día tranquilito y de nuevo en Tramuntana, tocaba Salyut 7, he de reconocer que yo voy muy a favor de marea con películas de ciencia ficción en el espacio, pero es que además con esta película rusa me he encontrando con un impresionante blockbuster lleno de emoción y absolutamente espectacular en la materia visual. La película cuenta el rescate de la nave rusa Salyut 7 en plena guerra fría con EEUU con la carrera espacial como punta de lanza. Si lo que más sorprende a priori es su impresionante aspecto visual, digno de cualquier superproducción americana, más allá de eso nos encontramos con una película que te mantiene pegado a la butaca hasta el último momento. Si algún pequeño pero hay que ponerle es que tal vez se echa de menos algo más de desarrollo de sus dos protagonistas que resultan algo fríos y demasiado contenidos, afortunadamente el resto de secundarios arregla esto y la película tiene tal ritmo que lo perdonas todo y te embarcas en este viaje tan emocionante. Muy muy recomendable.


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