jueves, 29 de marzo de 2018

Ready Player One

Ready Player One

Director: Steven Spielberg

Actores: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Lena Waithe,  Mark Rylance, Simon Pegg, Ben Mendelshon, Philip Zhao, Win Morisaki

Guión: Zak Penn, Ernest Cline (Basado en el libro de Ernest Cline)

Productores: Donald De Line, Dan Farah, Kristie Macosko Krieger, Steven Spielberg

Montaje: Sarah Broshar, Michael Kahn

Fotografía: Janusz Kaminski

Música: Alan Silvestri

Producción: Amblin Entertainment, Warner Bros, De Line Pictures, Village Roadshow Pictures


En 2011 Ernest Cline alcanzó la fama con una novela que con apariencia de Fanfic conseguía compensar la pobreza de su narrativa adelantándose a la moda por la nostalgia ochentera que llegó pocos años después y que a día de hoy parece dominar la industria del entretenimiento. Ready Player One era un libro tan sencillo como adictivo, pero que una vez leído se revelaba al lector como terriblemente vacío más allá de sus referencias a la cultura pop.

Su éxito hizo que la industria del cine pronto se interesará en su adaptación y la sorpresa llegó cuando Steven Spielberg fue anunciado como su director. Pero si alguien podía llevar a buen término esta oda a la nostalgia quién mejor que el otrora Rey Midas de Hollywood.

Ready Player One nos sitúa en un 2045 donde las crisis globales han llevado al planeta a una situación cercana al desastre, sin embargo, o tal vez por ello la humanidad se refugia en Oasis, un universo virtual donde todo es posible.

Steven Spielberg siempre ha sabido compaginar a la perfección su doble personalidad como director, siendo igual de hábil a la hora de narrar historias que de maravillar al espectador con el mejor de los espectáculos. Casualidad o no, cada 12 años se permite incluso el lujo de prácticamente simultanear rodajes y ambas facetas en el tiempo, como hizo en el mágico 93 filmando dos de sus obras magnas como La lista de Schindler y Parque Jurásico, algo que repitió en 2005 con Munich y La guerra de los mundos y vuelve a hacer en 2017 con Los archivos del Pentagono y esta Ready Player One. Si con sus películas "más serias" el director sigue manteniendo el pulso y el nivel es con sus productos más recreativos donde se evidencia cierta cuesta abajo con el paso de los años.


Al igual que en el original de Cline, el film adapta un formato de videojuego con tres fases a superar, esta estructura va a ser la que predomine durante todo el metraje, olvidándonos de los personajes, algo que ya ocurría en el libro pero que aquí se lleva al extremo con situaciones que rozan el ridículo como personajes que aparecen de la nada, villanos sin motivaciones o grupos que se forman sin ningún motivo aparente. Además la película abandona cualquier intento de profundizar en el universo en que se mueve el film más allá de una molesta voz en off que explica al espectador lo que debe saber (parece mentira que Spielberg utilice este recurso de narrador desganado).

Ready Player One por tanto lo apuesta todo por el entretenimiento y la espectacularidad, intentando que las transiciones sean lo más rápidas posibles entre una escena de acción y otra. Es indudable que un director como Spielberg va a encontrar su espacio para brillar y escenas como la del baile o especialmente la segunda prueba que sucede en el hotel nos siguen mostrando el pulso y la habilidad del director tras la cámara. Sin embargo esa necesidad continua de más y más grande hace que su labor acabe quedando diluida, al igual que sucede con auténticos genios en su terreno como Silvestri o Kaminski a los que apenas se reconoce entre un acelerón y otro del artificioso viaje de nuestros protagonistas.


Al final Ready Player One se mueve entre dos mundos dentro del terreno cinematográfico, quién entre buscando puro espectáculo lo logrará porque la película tiene un rito endiablado pese a sus 140 minutos y consigue divertir con sus excesos y homenajes. Sin embargo el que busque algo más con la esperanza de los antecedentes de Spielberg para llevar el entretenimiento a lo más alto probablemente salga decepcionado ante un blockbuster tontorrón y efectista. Mi consejo: coge un cubo gigante de palomitas y disfruta sin pensar demasiado durante dos horas, pasado mañana probablemente no recuerdes ni la mitad de lo que has visto, pero al menos te divertirás un rato.

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