jueves, 19 de abril de 2018

Custodia compartida

Custodia compartida. Título original: Jusqu'à la Garde

Director: Xavier Legrand

Actores: Denis Ménochet, Léa Drucker,Thomas Gioria, Mathilde Auneveux, Mathieu Saikaly, Florence Janas

Guión: Xavier Legrand

Productores: Alexandre Gavras

Montaje: Yorgos Lamprinos

Fotografía: Nathalie Durand

Sonido: Julien Sicart, Vincent Verdoux, Julien Roig

Producción: K G Productions, France 3 Cinema


Hay películas que superan el ámbito cinematográfico, que son necesarias para la sociedad por lo que cuentan y como lo cuentan. A veces, con suerte, a esos valores sociales se le unen los cinematográficos, trascendiendo de su carácter didáctico para convertirse además en una gran película, Custodia compartida es el mejor ejemplo de esta idea.

Custodia compartida comienza de manera nada casual con una escena absolutamente cotidiana e incluso banal, una vista ante una jueza para dictaminar la custodia de los hijos en el caso de una pareja separada. Hay dos personajes, las abogadas, que juzgan sin apenas conocimiento de causa, otros dos, la pareja, cada uno con una versión de la historia, el último dúo es el de los hijos, sobre cuyo futuro tratan todos los anteriores sin ni siquiera estar presentes.

A partir de aquí la película viaja en un continuo increscendo y lo que en un comienzo parecía un drama social va mutando en un thriller desasosegante para acabar convertido en una película absolutamente terrorífica.



El debut de Xavier Legrand tras las cámaras es uno de los más potentes de las últimas décadas, no es por tanto de extrañar la enorme cantidad de premios que ha ido cosechando en los distintos festivales. Tras diez años de investigación y un corto previo a Legrand se le nota el conocimiento de lo que está contando, no obstante es autor también del guión. Gracias a su pasado teatral se puede comprender su capacidad para retratar personajes tan distintos haciendo al espectador capaz de comprender a todos ellos, incluidos los más reprochables. Es sin embargo una grata sorpresa la pericia del director en una primera obra para utilizar recursos arriesgados como el fuera de plano, confiando siempre en la inteligencia del espectador o la valentía para prescindir de la música huyendo de los artificios y dotando al film de tal veracidad que por momentos se nos llega a olvidar que estamos viendo una obra de ficción.

Para esto último sin duda es fundamental la sobresaliente labor de su reparto, con especial mención, evidentemente al pequeño Thomas Gioria, verdadero protagonista del film y bajo cuya mirada observamos todo lo que ocurre, es su actuación llena de naturalidad y su mirada inocente la que hace que el espectador empatice y sufra de modo tan brutal por su personaje. En el otro lado de la balanza un increíble Denis Menochet desborda ferocidad y violencia contenida consiguiendo que su sola presencia imponga aún más que su físico.


Custodia compartida nos invita a debatir sin fin sobre la paternidad, la violencia de género o el papel de los niños en las separaciones, nos permite hablar durante horas de su ES PEC TA CU LAR escena final con reminiscencias nada disimuladas y reconocidas por el propio director a cierta obra de arte del cine de terror (que no desvelaremos), en definitiva trasciende sobre la mayoría de experiencias cinematográficas de hoy en día, porque una vez vista no puedes cerrar la puerta y dejarla atrás, el film es tan brillante en sus aspectos cinematográficos y tan aterradoramente didáctico y necesario en su relato que lo vas a llevar contigo por mucho tiempo.

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