jueves, 20 de septiembre de 2018

Predator

Predator. Título original: The Predator

Director: Shane Black

Actores: Boyd Holbrook, Trevante Rhodes, Jacob Tremblay, Olivia Munn, Keegan Michael Key, Sterling K Brown, Thomas Jane, Alfie Allen, Augusto Aguilera

Guión: Shane Black, Fred Dekker

Productores: Lawrence Gordon, John Davis, Bill Bannerman, Blondel Aidoo

Montaje: Harry B Miller III

Fotografía: Larry Fong

Música: Henry Jackman

Producción: Twentieth Century Fox, Davis Entertainment, TSG Entertainment, Canada Film Capital, Dark Castle Entertainment


Siendo Depredador una de las criaturas más míticas de la historia del cine, también es una de las más complejas en la relación con sus seguidores, y es que más allá de la unánimemente aplaudida entrega inicial, la relación de amor / odio de los fans con sus secuelas es más que evidente.
Tal vez en esto tenga algo que ver los cambios de género (aunque personalmente los agradezco) que ha tenido la saga. Teniendo siempre al letal extraterrestre como protagonista, de los tintes bélicos iniciales, se paso al thriller urbano en su primera secuela (también muy criticada en su momento por cierto). El remake de Nimrod Antal se centró más en la ciencia ficción y aunque a día de hoy posee su pequeño grupo de seguidores también es y fue apaleada por los fans más acérrimos.

Y obviando las aberraciones de AvP llegamos a esta nueva entrega, que pese a su errática producción con cambios de guión y rerodajes incluídos, conserva las señas de identidad de sus creadores, entregándonos una comedia gamberra y pasada de rosca que ha suscitado una vez más el odio de los fans del depredador.

Y es que no se puede obviar que aunque The Predator se enmarca sin problemas en la saga a la que pertenece, es por encima de todo una película de Shane Black, y eso qué significa, pues básicamente subvertir las reglas, reírse de todo y de todos y llevarla a su terreno.


Una vez más en el cine de Black, la acción y la comedia van de la mano y el guión tiene tanta importancia como las setpieces más espectaculares. Así se disfruta por igual el desenfreno de gore y desmembramientos cada uno más brutal que el anterior como cada escena en la que los Looneys están juntos. 

Y es que el auténtico corazón del film es ver a esta particular cuadrilla de chiflados actuar, con unos diálogos plagado de gags que se atreven hasta a reirse de la propia mitología de la saga y una larga lista de one liners con autohomenajes a la filmografía de Black incluida. Boyd Holbrook consigue convertirse en uno de esos héroes a los que no le hace falta un saco de músculos pero si está repleto de carisma y Trevante Rhodes y Keegan Michael Key se apoderan del terreno de la comedia, el primero con una chulería que a punto está de robarle la función al mismísimo protagonista y Key con un personaje histriónico y extremo al que consigue dominar para rozar el ridículo sin llegar a caer en él.

Sin embargo es innegable que al film se le notan algunos problemas, como un montaje algo caótico por momentos y sobre todo la sensación que el film va de más a menos, con un segundo tercio absolutamente espectacular y graciosisímo que hace que su soso climax (fruto de la petición del estudio de grabar un final diferente al que querían Black y Dekker) palidezca aún más en comparación.


The Predator parece surgida directamente de los 90, una película de acción plagada de chistes, que se niega a tomarse en serio a sí misma y que solo busca el disfrute del espectador. Esto que hace un par de décadas hubiera sido un hit en los videoclubs y una película de culto a día de hoy, puede ser el peor de sus defectos, y es que el espectador actual parece haber perdido la inocencia y la suspensión de incredulidad que tanto nos hacía disfrutar en otros tiempos, ahora se debate la lógica de los actos de un personaje, en lugar de dejarse llevar por la acción.
Particularmente me da igual que se caguen en la mitología del personaje, no me importa algún que otro Deus ex machina, lo que me interesa es que The Predator con su más y sus menos me ofrece hora y media de diversión y entretenimiento al cien por cien, y eso es lo que yo buscaba. Una vez más, gracias señor Black.

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