martes, 9 de octubre de 2018

Sitges 2018: Día 5

Vuelta a la rutina festivalera tras el trasiego del fin de semana, aún así y para asegurar, he preferido saltarme la sesión de las ocho de la mañana, porque hoy era día de sesiones mastodónticas, la elegida era Arctic y leo bastante buenas reseñas sobre ella, así que es otra de las muchas que tocará recuperar cuando acabe esto, que hoy nos ha traído además lo mejor y lo peor de esta edición hasta el momento.
Y para empezar, el polémico Lars Von Trier y su The House that Jack Built, que tras su paso por otros festivales venía ya con la fama de deserciones de espectadores por su extrema crudeza, algo que ya se ha empezado a convertir en costumbre y al final acaba pareciendo un reclamo publicitario más que otra cosa.
En The House that Jack Built nuestro protagonista, ya mencionado en el título, nos narra cinco momentos aleatorios de su vida que nos muestran como llegó a convertirse en un asesino en serie y como fue evolucionando. Si el tema ya de por si pudiera ser polémico, el modo de narrarlo del director, convirtiéndolo en una comedia negrísima lo hace aún más atractivo, pero además y como siempre estando en manos de este director hay mucho más de lo que parece, en la reflexión sobre los hechos de Jack también hay una mirada hacia el comportamiento de la humanidad, el mundo del arte o incluso el propio cine de Von Trier, su dantesco epílogo es la guinda perfecta del pastel.
Con un Mat Dillon marcándose uno de los mejores papeles de su vida mostrando a la perfección la caída en la locura y el descenso a los infiernos de Jack, un guión ácido y afiladísimo y una demostración más de que Von Trier maneja el séptimo arte a su antojo, tirando de cualquier recurso visual y narrativo para desarrollar su historia.
The House that Jack Built se convierte hasta el momento en la película más destacada del festival y en una obra mayor dentro de la ya sobresaliente filmografía del propio Lars Von Trier.


La tarde comenzaba en Tramuntana con GongjakThe Spy Gone North, la cinta surcoreana que comienza como una de espionaje clásico en el marco de la división de las dos Coreas y la investigación de la existencia de armas nucleares en Corea del Norte, poco a poco se va transformando en un retrato de las cloacas del estado de ambos países que no deja títere con cabeza y demuestra que los trapos sucios políticos están en todas partes. La película pese a su duración tiene un ritmazo de impresión y es que como thriller funciona como un tiro, como retrato político es valiente y esclarecedora e incluso emociona en su resolución. De momento una de las grandes sorpresas del festival y candidata a llevarse el título de la coreanada de este año.


Freaks comienza creando un universo que, pese a ser otro vistazo más al ya conocido tema de la persecución y caza de los mutantes o gente con habilidades especiales, comienza con cierto pulso gracias al misterio de lo que ocurre a los personajes y en el exterior, sin embargo una vez desvelado el misterio, todo acaba decayendo, por un lado por su aspecto visual poco cuidado, más digno de una serie de Syfy que de una película con cierto nivel y por otro por malgastar su premisa inicial con un dramón familiar mil veces visto que no aporta nada destacable al género, aún así entretiene, pero vamos que en un par de días ni me acuerdo de que la he visto.


Y para acabar el día, una vez más en Tramuntana, quedaba la gran decepción del día y de lo que llevamos de festival. Es cierto que no tenía demasiado curiosidad por este film y simplemente me cuadraba en horario, pero lo que no esperaba es que Un Couteau dans le couer me enfadara de tal modo. El film comienza de un modo interesante, retratando la industria del cine porno gay a finales de los años 70 e incluso el giro inicial con una mezcla entre el giallo y el slasher es prometedor, gracias también a su cuidada estética, sin embargo enseguida la película cae en la parodia con un humor que roza el ridículo para volver a cambiar y tomarse demasiado en serio a sí misma en un despiporre narrativo que no hay por donde coger, el aburrimiento y la indignación han podido conmigo ante semejante tontería que para rematar la faena además de un clímax ridículo ofrece una explicación final al espectador al que debe tomar por tonto. Muy mal se tendría que dar la semana para que algo supere a esto como la mayor mamarrachada del festival.


Escena postcreditos:

Ahora además de leer mis chorradas también las podéis escuchar junto a @comboduoplus y @danilovich3, no sé que será peor la verdad:

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