miércoles, 10 de octubre de 2018

Sitges 2018: Día 7

Y en el séptimo día paró la lluvia y eso que la mañana comenzaba con nuevo diluvio pero parece ser que por fin alguien liberó al Kraken y nos dio una tregua con el agua, así que café para el cuerpo y a por las cinco películas de un día que ha sido de los más completos y destacados.
Y hay que reconocer que la primera de la mañana era solo apta para valientes, porque después de seis días, las ocho y cuarto de la mañana es una hora complicada para ver una película de casi dos horas y media como Burning.
A través de tres personajes rotos y perdidos en busca de su lugar en el mundo y algo que les haga sentir, Lee Chang dong compone una historia repleta de detalles que nunca son gratuítos y siempre tienen un porqué para el desarrollo posterior de la trama. El director coreano además confía en la inteligencia del espectador y deja que la acción avance fuera de plano con espacios a la interpretación subjetiva. Esa riqueza narrativa y gusto por los detalles hace que pudiera ver la película una y otra vez porque realmente da para pensar y repensar sobre ella. Reconociendo que puede ser una película durita para esas horas y estas alturas del festival a mi me ha encandilado y me parece de lo mejorcito que hemos visto este año en Sitges.


Assassination Nation probablemente haya sido el mayor pelotazo a nivel de público en lo que llevamos de festival y es que pocas películas han sido más comentadas (a favor y en contra) que esta actualización de Las Brujas de Salem en tiempos de Trump e Instagram.
El film comienza apelando claramente a su espectador objetivo utilizando las redes sociales como método narrativo con acierto y presentándonos a un grupo de protagonistas que desbordan carisma, a la vez que visualmente la película se vuelve más convencional su discurso (el verdadero punto fuerte del film) va tomando fuerza en una hipérbole aterradoramente real sobre nuestra sociedad. Assassination Nation pide claramente la complicidad del espectador y yo se la concedo porque la película lo vale, es cierto que en un momento dado el film deja una pequeña sensación de falta de frescura por prefabricado y aleccionador, pero se le perdona porque todo lo demás lo compensa, y además, todo sea por el LoL.


Cogía Hoffmaniada con muchas ganas y es que el Stop Motion es una técnica que me apasiona y el film ruso tiene un aspecto visual impresionante, pero más allá de eso y a pesar de sus 76 minutos la película se ha hecho algo larga y es que el mundo mágico del proceso creativo de E.T.A Hoffman queda un tanto disperso en la mezcla de tres de sus historias. Brillante visualmente y bastante flojita argumentalmente, a pesar de todo siempre es un gusto ver propuestas de este tipo porque tienen un mercado difícil y estos festivales son su mejor vía de difusión.


Vuelta a Tramuntana para ver el thriller coreano del día, Believer parte de una excusa argumental bastante vista, la del policía que quiere encontrar a un delincuente al que nadie ha visto nunca, en este caso un capo del narcotráfico, para ello decide infiltrarse en su organización con la ayuda de uno de sus miembros, la película intenta avanzar entre sorpresa y sorpresa, pero el principal problema es que la mayoría de sus giros son tremendamente previsibles, por lo cual la sensación final es que es una película que ya hemos visto mil veces sin nada nuevo que aportar. Pasable sin más.


Cerraba el día con una gratísima sorpresa y es que no voy a negar que me metía a The Wind después de cambiar mi horario a última hora y sin tener demasiada idea de ella más allá de verla citada en alguna de las listas de imprescindibles, es más, por su austero argumento la película no me daba ninguna buena pinta.
Y de repente me he encontrado un western de terror psicológico que por fin da un papel protagonista a las mujeres y con un manejo de la tensión más que envidiable que me ha tenido en vilo durante la hora y media de su duración. Emma Tammi maneja a la perfección tanto los momentos más tensos como el desarrollo más calmado de una historia que siempre mantiene la atención del espectador y en la que nunca somos capaces de adelantarnos al curso de los acontecimientos, todo esto con Caitlin Gerard manteniendo sobre sus hombros el peso de la película durante la gran mayoría de su metraje, a día de hoy la actuación femenina más destacada del festival y que debería llevarse premio asegurado.
Poco más quiero contar de un argumento del que es mejor conocer pocos detalles, solo decir que no os la perdáis, porque hasta el momento creo que es la gran sorpresa del festival por lo inesperado.


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