sábado, 13 de octubre de 2018

Sitges 2018: Día 9

En el noveno día del festival he descubierto un tema muy curioso, mi cuerpo ha desarrollado una extraña tolerancia a la cafeína, taurina y cualquier estimulante durante el día para que no haga efecto, pero sin embargo durante la noche es cuando empieza a funcionar, así que si durante el día voy deambulando y por la noche resulta que no me duermo, muy gracioso todo.
El día de hoy en Sitges se recordará como el del Wismuchazo, y es que el youtuber ha trolleado a prensa, público y ¿organización?, con un vídeo en bucle de unos minutos durante la proyección de su supuesta película que finalmente parece que no existe o es un documental que se ha rodado durante la troleada, porque está todo un poco confuso aún. A mi desde fuera me parece muy gracioso todo, a la gente que estaba en la sala y a los que han pagado una entrada sobre todo, parece que no tanto, no me extraña la verdad, pero pensad que para bien o para mal, esto ya pasa a formar parte de la historia del festival.
El día como tal comenzaba con la proyección de 70 Binladens en el Auditori y si la película de Koldo Serra, da la impresión de ya vista es por que, efectivamente, ya la hemos visto un montón de veces. La típica historia de los atracadores que se quedan atrapados en un banco con rehenes y buscan el modo de salir se vuelve a repetir aquí, con el director intentando introducir un giro tras otro para darle al film un poco de personalidad, algo que nunca consigue pese a los reseñables esfuerzos de Nathalie Poza y Hugo Silva. Telefilm intrascendente que tampoco molesta, pero a estas alturas y a las ocho y cuarto de la mañana, pues ha dolido, para que mentir.


Larguísimas colas frente al Auditori, y es que el nuevo Halloween, bautizado como La noche de Halloween, era sin duda una de las películas más esperadas del festival.
El film de David Gordon Green se introduce en el universo de Michael Myers como continuación de la película original de Carpenter (compositor aquí de una gloriosa B.S.O una vez más) a la que dedica unos cuantos guiños y obviando el resto de secuelas, remakes y reboots, 40 años después de los hechos, eso si.

La película ha encandilado a fans y crítica y es que pese a los cambios, La noche de Halloween sigue destilando esa esencia de los buenos Slashers que parece que se han ido olvidando. El film ni pierde el tiempo ni se complica con demasiadas explicaciones y rápidamente pasa a la acción, con un Michael Myers desatado y una Jamie Lee Curtis en Sarah Connor Style que cede su trono de Scream Queen para convertirse en toda una Badass Queen. Si bien es cierto que se reduce un poco el Body Count respecto a otras entregas, ni una sola queja a un film con un ritmazo que no deja un solo minuto de aburrimiento y que contiene unas cuantas burradas de esas que tanto nos gustan el amigo Myers. Ningún amante del terror que se precie se la puede perder.


L'Heure de la Sortie tiene un comienzo bastante potente con un profesor suicidándose ante la atónita mirada de sus alumnos y continúa a buen nivel introduciendo un tono malsano con esos alumnos que siguen la línea de niños cabroncetes tan exitosa del cine de terror y cierta tensión psicológica en el confuso profesor sustituto que intenta averiguar lo que pasa. Sin embargo y poco a poco el film va adoptando cierto tono social y reivindicativo que nos dejan con un producto final que no tiene muy claro su rumbo y que ni en un ámbito ni en el otro llega a funcionar del todo.


Puede que sea culpa mía, lo reconozco, pero en un festival de Sitges si uno ve un título como The man who killed Hitler and then The Bigfoot, se espera Serie B, exploitation y diversión a raudales, a lo mejor es cuestión de prejuicios. Sin embargo nos hemos encontrados con una especie de Diario de Noa feat el yayo se va de caza, y que conste que esto lo digo sin ánimo peyorativo, porque no me parece mala película ni mucho menos. Sam Elliot lo hace muy bien como siempre y la película sorprende por su temática a medias entre el romance y el viaje personal de un protagonista que busca superar su pasado. En un momento importante de la película nuestro protagonista dice algo así como "Esto no era lo que esperaba que pasase", pues yo tampoco Sam, solo es eso.


Momento por fin para el primer documental de este año, y es que no se que ha pasado con mi calendario pero apenas he podido incluir un par en los últimos días, y que mejor opción para empezar que Wolfman's got Nards sobre el rodaje de una de las películas fetiches de mi infancia, Una pandilla alucinante. El film apela en todo momento al fenómeno fan que arrastra una película que triunfó casi 20 años después de su creación, quizás su mayor problema es que se apoya demasiado en declaraciones sobre que significó la película para actores, directores y fans o como influyó en el cine posterior, más que en el proceso de preparación y rodaje, lo más interesante al fin y al cabo.
Pese a todo, una delicia para los fans de la película entre los que me encuentro.



Ya puedo estar muerto de sueño a finales casi de festival, ya puedo estar en medio de una barbacoa, pero a mi si me dicen que hay un anime que me va a hacer llorar como una magdalena allá que voy como pollo sin cabeza, y eso es lo que prometían con I want to eat your pancreas.
El film se enmarca en algo que curiosamente ya parece un subgénero en sí mismo, el romance juvenil con uno de los protagonistas con enfermedad terminal, sin embargo I want to eat your pancreas consigue sobresalir gracias a unos personajes maravillosos que exudan alma y corazón por todos sus poros y una relación entre ellos tan poco convencional como apasionante. La película pese a su aparente ligereza tiene también espacio para la reflexión sobre el modo de comportarse y relacionarse de sus personajes.
Es increíble como consigue encogerte el corazón, y es que ha habido suspiritos entre las taquillas, a la vez que te saca de la sala con una enorme sonrisa de esperanza.
Hasta el momento el anime del año.
P.D: Quedaos hasta el final porque hay escena postcreditos bastante larga e importante por cierto.


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