domingo, 17 de marzo de 2019

La mujer de la montaña

La mujer de la montaña. Título original: Kona fer í stría

Dirección: Benedikt Erlingsson

Actores: Halldora Geirharasdottir, Johann Siguraarson, Juan Camillo Román Estrada, Jorundur Ragnarsson

Guión: Olafur Egilsson, Benedikt Erlingsson

Productores: Carine Leblanc, Benedikt Erlingsson, Marianne Slot

Montaje: David Alexander Corno

Fotografía: Bergsteinn Bjorgulfsson

Música: Davia por Jonsson

Producción: Slot Machine, Gulldrengurinn, Vintage Pictures, Koggul Filmworks


El crecimiento del cine islandés en los últimos años ha sido exponencial y comienza a no ser extraño ver asomarse sus films no solo a festivales cinematográficos si no a nuestras carteleras con resultados dignos y que están creando un grupo de interesados (entre los que me incluyo) en las señas de identidad comunes de un cine tan peculiar. Benedikt Erlingsson fue uno de los pioneros con la inclasificable De caballos y hombres que acumuló premios y nominaciones, tras él films reconocidos por crítica y público como Rams o Corazón Gigante han conseguido mantener el interés en esta cinematografía. Ahora es el propio Erlingsson el que nos vuelve a demostrar con La mujer de la montaña que el cine islandés tiene aún mucho que decir.

Halla es una profesora de canto que a sus cincuenta años sigue teniendo las ideas muy claras, idealista, anti capitalista y ecologista, mantiene una batalla clandestina contra la industria que está contaminando su país realizando actos de sabotaje para entorpecer su avance. Sin embargo cuando una carta le comunica que por fin le ha sido concedida la adopción de una niña debe encontrar la manera de adaptar su lucha a su nueva situación.

En La mujer de la montaña son capaces de convivir trepidantes escenas de acción junto al humor más absurdo y surrealista, alegatos contra el cambio climático global junto a reflexiones sobre el crecimiento personal, la familia y como seguir evolucionando a los 50, incluso son capaces de convivir tres músicos islandeses junto a un coro ucraniano mientras todo esto sucede. Porque Benedikt Erlingsson vuelve a demostrar que bajo su mirada todo es posible, incluso aquello que parece imposible, conjugar todos estos elementos, también.


Y es que bajo la apariencia de una pequeña fábula ecologista se esconden muchas más cosas, a nivel global, el retrato de un país que se niega a que el avance industrial acabe con sus tradiciones e idiosincracia, que es a su vez espejo de la historia de Halla que pese a tener una escala de valores clara y definida se descubre a sí misma capaz de evolucionar y adaptarse a retos y nueva situaciones sin traicionar su naturaleza y convicciones.

Benedikt Erlingsson es capaz de moverse con habilidad entre géneros y situaciones a priori dificilmente compatibles, con una apuesta formal y narrativa algo extrema que requiere de cierta complicidad del espectador pero que a la vez le recompensa con creces si le concede esa confianza. Por suerte para el director si en algún momento el espectador tiene la tentación de abandonar su propuesta, siempre sale al rescate Halldora Geirharasdottir absolutamente magnífica en su doble papel, y de la que es imposible no enamorarse. Su Halla es tierna a la vez que combativa, es independiente pero aprende a apoyarse en los demás, crece a cada minuto de film en una evolución tan bien planificada desde el guión como perfectamente ejecutada por la actriz en uno de esos papeles que debería estar repleto de premios y nominaciones este año.


La mujer de la montaña requiere de cierta paciencia y complicidad si, pero poco a poco se va descubriendo su verdadera esencia, un film tan maravillosamente loco a nivel formal como digno de reflexión en su fondo, un alegato capaz de traspasar el cine social más convencional donde el feminismo, el ecologismo y el anti capitalismo se nos muestran como formas de vida no solo posibles, si no imprescindibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario