lunes, 3 de junio de 2019

Rocketman

Rocketman

Director: Dexter Fletcher

Actores: Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard, Matthew Illesley, Kit Connor

Guión: Lee Hall

Productores: Adam Bohling, David Furnish, Elton John, David Reid, Matthew Vaughn

Montaje: Chris Dickens

Fotografía: George Richmmond

Música: Matthew Margeson

Producción: Marv Studios, New Republic Pictures, Paramount Pictures, Rocket Pictures


Rocketman llega pocos meses después del huracán Bohemian Rhapsody, este tipo de coincidencias de títulos de similar temática son más comunes de lo que parece y aún así parece difícil evitar la tentación de comparar producciones, algo que en este caso sería injusto para ambos y es que es muy probable que el film protagonizado por Taron Egerton no alcance las cifras de taquilla (porque aquello fue un boom tan inesperado como posiblemente irrepetible) o el reconocimiento a nivel de galardones (está por ver, pero parece difícil que dos películas tan similares se cuelen en años consecutivos en la temporada de premios) del biopic de Queen y sin embargo si las comparamos a cualquier nivel de calidad artística el film sobre la figura de Elton John es tan absolutamente superior que la comparativa sería sonrojante para ambos títulos.

Rocketman sorprende a muchos niveles, tal vez el primero de ellos es el modo en el que el propio Elton John se desnuda y no deja prácticamente títere con cabeza al hablar de sí mismo y su entorno, olvidémonos por tanto de esos biopics blancos y edulcorados porque en esta ocasión no hay apenas personajes que se salven de una mirada cínica, corrosiva y acusadora.

Sorprende también por como Dexter Fletcher ha conseguido un film rompedor a la vez que respeta los canones del musical más clásico, así las letras de las canciones de Elton John forman parte de la propia historia y sirven para narrar y avanzar en la trama pero el director nunca tiene miedo tampoco de introducir números y coreografías de la vieja escuela del musical que lejos de romper el ritmo se integran a la perfección en el ritmo de la narración, ya estén integrados en la propia historia o provengan de las ensoñaciones y alucinaciones de nuestro protagonista.



Taron Egerton se transforma por completo en Elton John y lo logra no tirando de prótesis y maquillajes o de imitaciones dignas de concurso televisivo (y aquí si estoy comparando) si no introduciéndose en la personalidad del personaje y sobre todo dotándole de un arco dramático tan intenso que hace que olvidemos por completo que nos encontramos ante un actor y no frente al original. Punto y aparte para la espectacular labor que hace cantando él mismo las canciones del artista británico con un talento musical digno de representar a una estrella del rock and roll.

A su lado el resto del cast cumplen de maravilla, comenzando por los más pequeños en la labor del Reggie más joven y continuando por una Bryce Dallas Howard brillante en un papel nada agradecido y un Jamie Bell que al igual que su personaje sabe ser el perfecto compañero de la estrella principal del show.



El film debe haber supuesto una catarsis para el protagonista de la historia en la vida real, pero también lo acaba siendo para un espectador que pasa por todos los estados de ánimo de nuestro protagonista, gozando de la música a la vez que comprende a la perfección el sufrimiento del cantante.

Rocketman es el ejemplo de lo que debería ser una producción de éste tipo y es que como musical es absolutamente brillante con unos números musicales que se te clavan en la memoria ya sea por su capacidad para ponerte a bailar en la butaca o por la emoción que traspasa la pantalla en los momentos más dramáticos, pero también es un biopic nada complaciente, sin miedo a contar las partes menos bonitas de la historia y que consigue emocionar hasta límites insospechados. Si a esto le sumamos una dirección atrevida que funciona a la perfección y un protagonista que clava el personaje obtenemos como resultado una de esas películas que te saca del cine con una sensación de plenitud, de haber reído, de haber cantado y bailado, de haber llorado, ¿qué más se le puede pedir a una película?.

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