martes, 19 de noviembre de 2019

El Irlandés

El Irlandés. Título original: The Irishman

Director: Martin Scorsese

Actores: Robert de Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Havery Keitel, Bobby Cannavale, Anna Paquin, Jesse Plemons

Guión: Steven Zaillian (Basado en el libro de Charles Brandt)

Productores: Martin Scorsese, Robert de Niro,

Montaje: Thelma Schoonmaker

Fotografía: Rodrigo Prieto

Música: Robbie Robertson

Producción: Fabrica de cine, STX Entertainment, Sikelia Productions, Tribeca Productions


Cuando el libro de Charles Brandt "Jimmy Hoffa. Caso cerrado" (I heard you paint houses) cayó en manos de Martin Scorsese, el director neoyorquino enseguida se mostró entusiasmado con la posibilidad de llevarlo a la gran pantalla. Teniendo en cuenta que Scorsese es, con permiso de Coppola, el director que mejor ha rodado el mundo de la mafia y que el guión recorría varias décadas pasando por algunos de los hechos históricos recientes más importantes de la historia americana mostrando a la vez su estrecha relación con el crimen organizado el proyecto prometía, alcanzando ya niveles de sueño húmedo cuando el director quería unir a Pacino y de Niro en el film, los dos gangsters más icónicos del séptimo arte. 

Y pese a todo ello, en estos tiempos que corren, nadie se atrevía a financiar un proyecto gigante en lo económico si, pero absolutamente superlativo en sus intenciones artísticas. Ha tenido que ser Netflix, la odiada por muchos, la que va a acabar con el cine según algunos, la que haya hecho posible una película que desde ya pasa a formar parte de la historia del cine.

"He oído que pinta casas" le dijo Jimmy Hoffa (Al Pacino) a Frank Sheeran (Robert de Niro) en su primera conversación telefónica, "También hago trabajos de carpintería" respondió el sicario irlandés. Con un simple diálogo refiriéndose a los códigos mafiosos para hablar de asesinatos a sueldo y extorsión se unieron dos hombres que en la sombra fueron enormemente importantes en la historia norteamericana.

Pero el relato de El Irlandés comienza un poco más atrás, cuando Sheeran por mera casualidad conoce a Russell Bufalino en un área de servicio arreglando su camión. Trabajando para él Sheeran se convertirá en amigo y principal aliado del jefe sindicalista Jimmy Hoffa, figura capital en la política estadounidense entre 1957 y 1971, tanto es así que su archienemigo Robert Kennedy, lo definió como "el hombre más poderoso del país junto al presidente".

Todo esto lo recuerda Sheeran solo en una residencia de ancianos, y rememora los dos momentos más importantes de su vida, como se introdujo en el mundo de la mafia en su juventud conociendo a sus dos grandes amigos, y como ya maduro inició junto a Bufalino un viaje para mantener una reunión con Hoffa que marcará el resto de su vida.



Esta estructura en la que las historias se contienen unas dentro de otras a la vez que se mezclan es lo primero que nos llama la atención, ese narrador que nos cuenta una historia dentro de otra historia y avanza y vuelve atrás a su antojo es puro Scorsese, pero no se le puede quitar mérito a un guión tan afinado como el de Steven Zaillian y a la labor de Thelma Schoonmaker con un montaje una vez más brillante y sin fisuras.

Pero intentar analizar El irlandés de forma racional sería un grave error, en primer lugar porque cualquier palabra se quedaría a niveles ridículamente superficiales ante la magnitud de la obra, y en segundo porque el film te pide vivirlo desde las entrañas más allá de análisis cinematográficos más o menos acertados. Podría decir que su epílogo me resulta innecesariamente alargado o que los personajes femeninos apenas están dibujados, pero serían gritos al viento sin importancia ni significado.

Y es que nos encontramos ante la obra crepuscular y definitiva de Martin Scorsese sobre el mundo de la mafia, temática que ha convertido en género propio (junto a Coppola recordemos de nuevo) dentro del séptimo arte. Si Malas calles nos descubrió al autor, Uno de los nuestros le encumbró y Casino demostró que nadie sabía rodar el crimen organizado como él,  El Irlandés ha cerrado el círculo, no solo de su director, si no también de una parte de la historia del cine.

Y es que al fin Al Pacino rueda para Scorsese, cumpliendo uno de los mayores sueños de todo cinéfilo, pero a la vez Pacino y De Niro comparten pantalla en una película sobre la mafia como llevamos deseando desde El Padrino II y además supone el regreso de Joe Pesci por la puerta grande. Los hitos artísticos y las leyendas se suman y superponen a semejanza de lo que hablábamos de la estructura del guión en un juego de espejos entre ficción y realidad.



Podríamos hablar de la vuelta del mejor Pacino, el que derrocha energía y potencia actoral, comiéndose la pantalla y todo lo que se le ponga por delante sin desaprovechar un solo segundo, o como De Niro vuelve a ser el mejor una vez más mostrando las contradicciones y ambivalencias de un personaje que se mueve entre el honor y el crimen, entre el amor y la violencia, en una de esas actuaciones que solo Scorsese sabe conseguir de él. También podríamos aclamar el regreso de Joe Pesci, retirado de la interpretación, capaz no solo de igualarse a las dos bestias nombradas si no hacerse absoluto dueño de la función a través de un personaje calmado y discreto, curiosamente absoluta némesis de su otro personaje más recordado, Tommy DeVito.

Pero de nuevo estaríamos intentando explicar lo inexplicable, al final todo se resume en que "hay que ver" El Irlandés, a poder ser en pantalla grande, la película está claramente concebido para ello y las imágenes de Scorsese no merecen menos, procurad hacerlo en versión original, las voces e interpretaciones de Pesci, De Niro y Pacino son absolutamente inigualables, pero sea de un modo o de otro, es uno de esos acontecimientos que se dan en el mundo del cine cada X años y ningún aficionado se puede perder.

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