domingo, 8 de marzo de 2020

XVII Muestra Syfy de Cine Fantástico: Día 2

Y con el segundo día llegó la polémica y esta alcanzó a todos los ámbitos, al público, a las películas, a la presentadora, a las salas. Ha sido un día movidito si, probablemente de estos que los habituales de la Muestra van a recordar durante bastante tiempo para bien y para mal, pero antes de eso hablemos de las películas.

La tarde empezaba con The Cleansing Hour película sobre exorcismos en tiempos de YouTube donde un falso sacerdote se dedica a hacer falsas ceremonias en streaming en su canal en la plataforma de vídeo hasta que en uno de ellos dan con una posesión auténtica y evidentemente todo comienza a torcerse. Película perfecta para la Muestra Syfy, en ésta ocasión la he disfrutado más que en Sitges y es que su cachondeo y falta de pretensiones son perfectas para el ambiente mandanguer. Eso no quita para que más allá de tres o cuatro gags acertados y profundizar algo más en sus tres protagonistas principales el film apenas consiste en estirar el chicle de la imaginativa premisa del corto que la originó. Pero con el cachondeito de la sala y para ser la que abría el día en la difícil sesión de las cuatro de la tarde ha tenido bastante éxito entre el público.


Turno para mi primera excursión a la Sala 2 y es que tenía ganas de ver el remake de las Soska Sisters de Rabid con cierta tranquilidad. Actualizando el clásico de Cronenberg en el que un virus parecido a la rabia infectaba a su protagonista y se iba propagando despertando los instintos más bajos del infectado, el film consigue tener cierta entidad propia en su estética aunque nunca llega a despegar del todo ni en su tímido gore ni en su crítica social bastante desdibujada. Aún así se sigue con agrado y nunca se hace largo, quedándose en un inocente divertimento con una peculiar percha de actualidad gracias a nuestro conocido amigo el coronavirus.


Con The Lodge me surgían dudas, por una parte, venía de gustar muchísimo en Sitges y eso llamaba poderosamente mi atención pero en su contra jugaba que el anterior trabajo de sus directores, Goodnight Mommy que también maravilló en el festival catalán a mí no me había gustado demasiado. La segunda duda era si elegir de nuevo sala 2 y es que parecía una película propicia para degustarla con tranquilidad alejado del bullicio de la sala 1, sin embargo dos películas alejado de la mandanga me parecía excesivo.

Y efectivamente, The Lodge es un film que se cuece a fuego muy lento, donde se impone la intención de sus directores de crear un clima confuso e insano por encima de sustos facilones. Particularmente la ambientación malrrollera y el viaje a la locura de su protagonista me han mantenido absorto y fascinado, en una película difícil que requiere mucho del espectador pero que también entrega otro tanto si consigues entrar en su juego. Yo lo he hecho.

Y aquí viene la primera de las polémicas, porque en esta ocasión la mandanga no ha hecho su magia, muchos espectadores han perdido la paciencia con la película, otros han perdido la paciencia con el resto de espectadores, ha habido deserciones a otras salas, reproches a voz en grito dentro de la sala, en fin, un clima bastante poco propicio para ver una película.



En fin, tras esta pequeña polémica, que tampoco nos echemos las manos a la cabeza, sucede todos los años desde que acudo a la Muestra, de hecho por eso se instauró el sistema de Sala 1 y Sala 2, volvíamos a lo que nos interesaba, el ambiente mandanguer y es que nada parecía más propicio para ello que una película con Nicolas Cage.

Pero antes, Leticia Dolera aparecía en escena para alegrarnos de nuevo la tarde, parodiando el film anterior, jugueteando con el público y levantando un ánimo algo caldeado. Y aquí es donde ha surgido la polémica real del día con unos cuantos impresentables de la Sala 3:

Y si en la anterior polémica me muevo en cierta ambiguedad entre mi amor por el ambiente mandanguer y la sensación de que en The Lodge tal vez se cruzó cierto límite (y particularmente y a toro pasado, creo que hubiera preferido verla en la Sala 2), aquí no hay lugar para la equidistancia y es que gentuza de esa calaña no cabe ni en la Muestra Syfy ni en nuestra sociedad, asco y pena inmensa de saber que ocurrió algo así.

Pero más allá de trogloditas a los que no merece la pena dedicarles más tiempo, la Muestra iba a vivir uno de sus momentos cumbre y es que una proyección con Nicolas Cage siempre es una fiesta.

En éste caso además con una película como Color Out of Space regreso de Richard Stanley tras las cámaras y adaptación del siempre inadaptable Lovecraft a la gran pantalla.

El color que cayó del cielo (como se ha traducido en España) es una de las mejores adaptaciones que se ha hecho del escritor de Providence, gracias a su capacidad para extraer el espíritu de su cuento corto sin sentirse esclavo del original. Así la caída de un meteorito en una granja y una explosión de un color hasta entonces desconocido para el ser humano es la causa de una pesadilla lisérgica cargada de locura y un viaje al horror cósmico que lleva al espectador a terrenos poco explorados hasta el momento en el cine. Un Nicolas Cage absolutamente desatado y perfecto en su papel de padre de familia completamente enajenado y superado por los acontecimientos y la mezcla de efectos prácticos heredados de los mejores ochenta y digitales para dar textura y credibilidad a esa nueva naturaleza heredada de otro mundo han hecho las delicias de los espectadores en la que sin duda es hasta el momento la gran triunfadora de la Muestra.


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