sábado, 4 de abril de 2020

Hogar

Hogar

Director: Álex Pastor y David Pastor

Actores: Javier Gutiérrez, Mario Casas, Bruna Cusí, Ruth Díaz, David Ramírez, Iris Vallés

Guión: Álex Pastor y David Pastor

Productores: Adrián Guerra, Marta Sánchez, Nuria Valls

Montaje: Martí Roca

Fotografía: Pau Castejón

Música: Lucas Vidal

Producción: Nostromo Pictures, Netflix


En plena época de confinamiento y con los estrenos llegando a cuentagotas de mano de las plataformas digitales o de aquellos valientes que se atreven a estrenar on line llega Hogar, la propuesta de Álex y David Pastor para Netflix.

El film, en plena pirueta del destino mientras estamos recluidos en casa, sigue a un hombre que ha tenido que abandonar su hogar a causa de la crisis económica y comienza a obsesionarse con los nuevos habitantes de su antiguo hogar.

En sus primeros minutos Hogar nos describe detalladamente y con calma el momento vital de Javier, antigua estrella publicitaria venida a menos cuya idílica vida se derrumba ante sus ojos sin poder evitarlo. Además observa con envidia como Tomás, no solo se apodera de su casa, si no que tiene todo lo que él ha perdido. Es éste comienzo, el de la bajada a los infiernos del personaje de Javier Gutiérrez y su progresiva obsesión con el de Mario Casas, el más lúcido del film, cuando apuesta por un drama pausado que deja ver cierta crítica a la sociedad de consumo y al mercado laboral a la vez que poco a poco el thriller se va abriendo paso a través de la enfermiza obsesión de nuestro protagonista.


Sin embargo una vez superada su notable presentación, Hogar se empieza a perder en los giros de un guión que nunca logra hacer creíbles los actos y motivaciones de su protagonista, empeñándose en el más difícil e inverosímil todavía.

El film es absolutamente irregular a partir de este punto, la dirección de los Pastor unida a la fotografía de Pau Castejón rayan a gran altura, con una precisión milimétrica a la hora de colocar la cámara en cada momento. Javier Gutiérrez consigue brillar en su evolución de pobre hombre acabado a psicópata desquiciado a pesar de los agujeros del guión en ese tránsito y Mario Casas cumple de sobra como objeto de envidia, alcanzando sus mejores momentos en los momentos que comparte en pantalla con Gutiérrez.

Precisamente esa relación tóxica entre Javier y Tomás es lo más interesante de un film que se olvida de desarrollarla y se lanza a una concatenación de giros presuntamente sorprendentes a cual más absurdo y poco creíble (especial mención al conserje) que hacen que la suspensión de incredulidad vuele por los aires y haga imposible (al menos a este espectador) seguir conectado a un film que parecía lleno de virtudes y buenas ideas en su primera parte.


Hogar es un thriller con un buen planteamiento, unas grandes interpretaciones y una dirección notable pero que sin embargo desaprovecha todos estos elementos con un guión más interesado en intentar sorprender al espectador que en contarle algo realmente interesante, quedándose en un film simplemente entretenido más por lo que pudo ser y por ver otra nueva demostración actoral de Javier Gutiérrez que por lo que realmente es.

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