miércoles, 11 de mayo de 2022

Doctor Strange en el Multiverso de la Locura

 

Doctor Strange en el multiverso de la locura. Título original: Doctor Strange in multiverse of madness

Director: Sam Raimi

Actores: Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Xochitl Gómez, Benedict Wong, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams

Guion: Michael Waldron

Productores: Kevin Feige, Scott Derrickson, Mitchell Bell, Victoria Alonso, Richie Palmer, Louis D'Esposito 

Montaje: Bob Murawski, Tia Nolan

Fotografía: John Mathieson

Música: Danny Elfman

Producción: Marvel Studios


El cambio de paradigma del MCU ya no se limita a sus autoimpuestas fases si no que se demuestra cuando nos encontramos ante una película que es secuela de la presentación individual de su protagonista, personaje que ya ha aparecido en otras dos películas grupales y es parte fundamental en la última película "en solitario" (guiño, codazo, guiño) de Spiderman. Pero es que además para la trama principal del film son fundamentales una serie Marvel ya emitida y un personaje hasta ahora desconocido pero que apunta a ser parte importante del futuro más adolescente del MCU. Es decir, el verdadero multiverso es el del Universo Marvel y la locura es la de aquel que quiera introducirse aquí sin conocer los antecedentes, así que quizás a estas alturas quejarse de esto ya no tenga demasiado sentido y es que sabemos a lo que venimos, a saber, continuas conexiones con los films precedentes o apariciones "sorpresa" de personajes inesperados.

Pero a la vez Doctor Strange en el multiverso de la locura rompe con una fase cuarta centrada hasta ahora en presentar personajes nuevos o bien dar homenaje y/o cerrar arco de los antiguos para por fin dar el salto adelante hacia lo que será el futuro del MCU.

El film comienza a todo gas con una setpiece de acción cósmica en la que un Doctor Strange de un universo alternativo nos presenta a America Chávez, (futura Miss America y uno de los puntos claves de la trama), su capacidad para saltar por el multiverso y la presencia de una fuerza oscura que quiere robar su poder. Tras uno de sus saltos América acaba en el universo del MCU (Tierra 616) y nuestro Doctor Strange, previa espectacular batalla junto a Wong en la que uno de nuestros mitos de serie B patrios por fin recibe un más que merecido homenaje, se dirige a Wanda Maximoff para pedir su ayuda, a la cual encontramos justo en el momento posterior al fin de Wandavision, es decir, ya vemos como va lo del universo compartido.



Por si la película no hubiera tenido suficiente ritmo hasta ahora a partir de aquí el film acelera aún más, avanzando continuamente a través de escenas de acción, revelaciones impactantes y apariciones de personajes inesperados (el multiverso es lo que tiene), haciendo de Doctor Strange en el Multiverso de la Locura la película más dinámica y frenética de todo el universo MCU hasta ahora, sin apenas un solo momento de descanso para el espectador.

Una de las principales dudas que se planteaba sobre el film fue el cambio de director, tras el abandono de Scott Derrickson, encargado de la apreciable aunque algo insatisfactoria Doctor Strange y su sustitución por Sam Raimi, cuyo Spiderman inicio junto a la X Men de Bryan Singer la actual era dorada del género superheroico en la gran pantalla, algo que quizás haya sido demasiado olvidado y poco agradecido. Pero la caída en desgracia de Raimi tras la decepcionante Spiderman 3 y la insufrible Oz (con el magnífico interruptus de Arrástrame al infierno) situaba ciertas dudas entre el fandom que la propia película se encarga de resolver y es que el director es tan capaz de adaptarse a la fórmula Marvel en sus primeros minutos como de irla conduciendo a su propio estilo, con auto homenajes incluidos, secuencias pesadillescas o momentos de auténtico terror que pese a estar algo suavizados por las necesidades Marvel sin duda llevan marcadas a fuego el sello de identidad de Raimi.


Más allá de la estupenda labor tras la cámara si algo destaca en Doctor Strange en el multiverso de la locura es el arco construido para Wanda en el que por fin Marvel se atreve a tomar ciertos riesgos, algo que Elizabeth Olsen aprovecha a lo grande construyendo uno de los personajes más ricos y apasionantes de este universo compartido, a su lado un Benedict Cumberbatch dispuesto a tomar el mando de todo el MCU gracias a su carisma y presencia en pantalla. 

Doctor Strange en el multiverso de la locura consigue que por momentos nos olvidemos de su condición de capítulo intermedio de un universo más grande (que lo es) para constituirse en una película apasionante, divertidísima, espectacular y con posiblemente uno de los mejores villanos del MCU hasta el momento. Bienvenido a casa de nuevo Sam, te echábamos de menos.

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