domingo, 23 de octubre de 2022

Un año, una noche

 

Un año, una noche

Director: Isaki Lacuesta

Actores: Nahuel Pérez Biscayart, Noemi Merlant, Quim Gutiérrez, Alba Guilera, Natalia de Molina, C Tangana, Enric Auquer

Guion: Isa Campo, Isaki Lacuesta, Fran Araújo (Basado en el libro de Ramón González)

Productores: Isaki Lacuesta, Isa Campo, Ramón Campos, Teresa Fernández Valdés, Jerome Vidal

Montaje: Sergi Dies, Fernando Franco

Fotografía: Irina Lubtchansky

Música: Raúl Fernández Miro

Producción: Bambú Producciones, Canal +, Indefilms 9, ICEC, ICAA, Movistar +, Mr Fields and Friends, RTVE, TV3, La Termita Films, Noodle Production


Antes del comienzo de la proyección a la que pude asistir, Isaki Lacuesta hizo una breve presentación del film (actos promocionales que se agradecen en estos momentos en que parece que el cine fuera de las franquicias está en el alambre) y tras contar detalles sobre el por qué de decidir rodar esta historia, su modo de narrarla o como fue su relación con la pareja protagonista y el autor del libro, al marcharse no paraba de dar ánimo a los espectadores en sus butacas, algo que extrañó a priori pero que comprendimos a la perfección poco más de dos horas después y es que Un año, una noche es una de las experiencias más exigentes y extenuantes a las que me he enfrentado en una sala en los últimos años.

Una pareja camina por la noche parisina abrazados bajo dos mantas térmicas, sus ojos perdidos rememorando o puede que sin ser capaz de superar lo que acaban de vivir, el atentado en la sala Bataclan en 2015. Basado en el libro autobiográfico "Paz, amor y death Metal" del propio Ramón González, Un año, una noche no se conforma con ser una recreación fidedigna de los hechos si no que su trayecto discurre por caminos mucho más complejos, el de los recuerdos de dos personas que viven su estrés post traumático de manera muy diferente, desde la ansiedad y la paralización o desde la negación.


La película se adentra entonces en un laberinto de recuerdos difusos, a veces contradictorios que avanzan y retroceden en la historia de Ramón y Celine, que sin embargo siempre es comprensible para el espectador, en parte gracias al enorme trabajo de Nahuel Pérez y Noemi Merlant que llenan la pantalla de autenticidad hasta transformar la ficción en casi un documental biográfico y por otro por la estupenda labor de Fernando Franco y Sergi Dies en el montaje guiando el puzle de recuerdos hasta convertirlo en un viaje emocional a través de los sentimientos de sus protagonistas. Isaki Lacuesta a su vez hace honor a su carrera, centrándose una vez más en sus personajes, sin rehuir el hecho traumático que viviremos en primera persona, huyendo del morbo pero sin renunciar al miedo y el dolor, sin embargo las personas siempre son lo primero para el director, su dolor y catarsis, los modos de afrontar el trauma y las consecuencias en su vida personal y de pareja.

Un año, una noche confía no solo en la inteligencia del espectador si no también en su sensibilidad, nunca te intenta manipular para decirte lo que tienes que sentir pero si te lleva de la mano en un relato traumático, agotador a nivel emocional sobre el miedo, el duelo o la memoria pero que también tiene tiempo y capacidad de mostrar luz al final del túnel. 

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