Director: Adam Wingard
Reparto: Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Dan Stevens, Kaylee Hottle, Alex Ferns, Fala Chen, Rachel House, Ron Smyck, Chantelle Jamieson, Greg Hatton
Guion: Terry Rossio, Simon Barrett, Jeremy Slater, Adam Wingard
Productores: Brian Rogers, Thomas Tull, Alex Garcia, Eric McLeod, Mary Parent
Montaje: Josh Schaeffer
Fotografía: Ben Seresin
Música: Antonio Di Iorio, Tom Holkenborg
Producción: Legendary Entertainment, Screen Queensland, Warner Bros
Contra viento y marea, en modo ensayo y error, el monsterverso de los dos grandes titanes del séptimo arte ha conseguido convertirse por fin en el arrasa taquilla que la unión de dos figuras de tal arraigo popular prometía desde un primer momento pero que necesito de varias intentonas para dar con la tecla para encontrar a su público demostrando que la fórmula de las franquicias no es tan matemática ni tan simple como muchos piensan (ahí está el ejemplo similar de la saga Fast por no ir más lejos).
Después del exitazo que (al fin) consiguió Godzilla vs Kong Wingard demuestra que ha aprendido la lección, con esta segunda parte de su particular saga, potenciando todo lo que funciono en aquella y tratando de limar sus pequeños errores, es decir, apuesta máxima por los titanes en pantalla el mayor tiempo posible y diversión y mamarrachismo en la parte humana.
En esta ocasión Godzilla y Kong toma una decisión arriesgada y es mantener a nuestros héroes separados la mayor parte de su metraje, con dos aventuras individuales que inevitablemente acabarán confluyendo pero algo desiguales en importancia pues mientras el viaje de Kong es el auténtico corazón del film, Godzilla queda reducido a unos pocos (espectaculares eso si) combates previos a su unión en la batalla final. En el terreno humano Wingard claramente aprendió la lección de los errores anteriores y caricaturiza a sus personajes con especial mención a un tronchante y carismático Dan Stevens que roba cada escena desde su espectacular aparición inicial, a su lado Brian Tyree Henry vuelve a estar divertidísimo y Rebecca Hall y Kaylee Hottle son capaces de llevar a buen término la inevitable parte sentimental que molesta lo menos posible a lo que realmente nos importa, ver a nuestros colosos golpear y destrozar todo lo que se le ponga por delante.
Con un ritmo y agilidad narrativa envidiable para una película de estas características, plagada de setpieces de acción y destrucción tan impactantes como entretenidas, nuevos gadgets, evoluciones y monstruos que unir a la lista y un sentido del humor hortera y desenfadado de lo más acertado Godzilla y Kong: El nuevo imperio es no solo un acertado paso adelante si no la demostración de que este universo compartido no puede estar en mejores manos para seguir ofreciéndonos grandes dosis de entretenimiento puro.
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