Lightyear

 

Lightyear

Director: Angus MacLane

Actores: (Voces de) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba

Guion: Angus MacLane, Matthew Aldrich, Jason Headley

Productores: Pete Docter, Andrew Stanton, Galyn Susman, Michael Warch

Montaje: Anthony Greenberg

Fotografía: Jeremy Lasky, Ian Megibben

Música: Michael Giacchino

Producción: Pixar, Walt Disney Pictures

Desde el comienzo de la pandemia, con la caída de nivel de estrenos y cifras de taquilla, algo que ha llamado la atención de los aficionados a la animación y al cine en general es la decisión de Disney de relegar los productos Pixar a su plataforma televisiva y solo estrenar en la gran pantalla sus propios films, a pesar de que Pixar esté de nuevo en un momento dulce con un trío mágico de películas, desde la encantadora Luca que conquistó al público por la vuelta de Pixar a historias pequeñas y llenas de corazón, la ganadora del Oscar Soul, giro reflexivo y existencialista de la compañía o el pelotazo que ha supuesto Red capaz de mirar de frente a las películas más míticas del estudio del flexo saltarín.

Lightyear ha sido la elegida para revertir esta tendencia, tal vez por la confianza de Disney en la popularidad de la franquicia Toy Story, quizás porque en su quinta entrega, spin off de la saga original ya parece más un producto Disney con escenas post crédito incluidas que del propio Pixar, sin el corto previo habitual de los estrenos en cine, pero sea por lo que fuera lo curioso es que de los últimos estrenos precisamente esta parece la película más propia de estreno directo en plataforma.

Lightyear propone un curioso juego meta, la de contar la película original en la que se basó la creación de Buzz, uno de los juguetes preferidos de Andy. La ingeniosa pirueta argumental permite que el film cuente una historia original alejada de la franquicia Toy Story más allá de utilizar el nombre de uno de sus protagonistas. 

El film contiene claras reminiscencias y homenajes a la ciencia ficción clásica, con un esperanzador comienzo al estilo trekkie original para acabar convirtiéndose en un torpe remedo a lo Lost in Space. 

Más allá de su simpleza argumental con la manida excusa de una misión perdida en el espacio y la búsqueda del método para regresar a casa, quizás el principal problema de Lightyear sea que nunca consigue avanzar más allá de su premisa, cayendo en una constante repetición en la motivación de su protagonista que por momentos roza la moralina facilona un tanto exasperante en su discurso sobre la aceptación de los errores y la culpa por sus consecuencias. A cambio es cierto que el film propone alguna escena de acción espectacular e interesante, pero una vez conocido su giro argumental a mitad de película (algo que cualquier aficionado medio a la scifi ve venir de lejos) la aventura espacial vuelve a caer en la previsibilidad y en homenajear momentos ya vistos mil veces que aportan entre poco y nada a una aventura excesivamente convencional y carente de emociones.

Ya sea causa o consecuencia de su flojito guion, los personajes nunca consiguen traspasar la pantalla, el viaje del héroe de su protagonista carece de emoción y ni siquiera Chris Evans consigue dotarle de algún grado de carisma. Tal vez lo que mejor funcione sean los momentos cómicos junto a su comando de asalto, que en el poco tiempo que disfrutan en pantalla consiguen dotar de aire fresco a una aventura demasiado encorsetada en su estructura, algo en otros tiempos inimaginable para Pixar.

Lightyear es una aventura ligera que recuerda más a una de esas secuelas directas a VHS de los peores tiempos del Disney ochentero o a los momentos más bajos de Pixar con Cars 3 y similares que al regreso a los mejores tiempos de la compañía que habíamos observado con sus últimas películas. Una entrega intermedia y carente de importancia que tal vez hubiera funcionado mejor como curiosidad en forma de corto que como este intento de buscar la forma de estirar una saga ya agotada dando comienzo a otra franquicia con uno de sus protagonistas.