domingo, 17 de enero de 2016

Los odiosos ocho

Los Odiosos Ocho. Título original: The Hateful Eight

Director: Quentin Tarantino

Actores: Samuel L Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Walter Goggins, Demian Bichir, Tim Roth, Michael Madsen, Bruce Dern, Channing Tatum.

Guión: Quentin Tarantino

Productores: Stacey Sher, Shannon McIntosh, Richard N Gladstein

Montaje: Fred Raskin

Fotografía: Robert Richardson

Música: Ennio Morricone

Producción: Double Feature Films, FilmColony


Quentin Tarantino es un director peculiar, que cuida sus proyectos hasta el extremo, probablemente por ello en 24 años, desde la ya lejana Reservoir Dogs está es tan solo su octava película como anuncian de manera un tanto pomposa los títulos de inicio.

En ese sentido The Hateful Eight es un film especial para él, principalmente por los problemas de su producción, con filtración de guión incluída, pataleta del propio Tarantino negándose a filmarla después de ello y lectura de guión ante el público por parte de los interpretes, lo que convenció de nuevo al director de Knoxville de lanzarse a realizar el proyecto. Tal vez como decíamos, por esa visión tan personalista de su cine y los problemas atravesados The Hateful Eight es probablemente la película más puramente Tarantiniana de toda su filmografía.

Dividida en capítulos como ha realizado ya en alguna ocasión, en Los Odiosos Ocho se podrían encontrar tres partes fundamentales, la primera, el viaje en diligencia de Kurt Russell junto a su detenida Jennifer Jason Leigh en la que se van encontrando a los personajes de Samuel L Jackson y Walter Goggins (la auténtica revelación del film). Aquí destaca sobre todo por una parte la maravillosa fotografía de los paisajes nevados de Wyoming de Robert Richardson, única ocasión en la que puede lucir la tan cacareada fotografía de 70 mm lo cual deja la impresión que ha sido más un reivindicación del propio formato que una necesidad de la película en sí misma, pero también supone la vuelta del Quentin Tarantino guionista más excesivo, con una sucesión de escenas que algunos adorarán y otros aborrecerán de verborrea interminable Tarantiniana sobre la nada. Sus diálogos rápidos y directos se suceden para presentarnos a sus personajes a través de sus palabras y no de sus acciones.


La segunda división se podría realizar cuando nuestros protagonistas llegan a La Mercería de Minnie, donde se nos presenta al resto de personajes y el tono gira radicalmente en una especie de homenaje a La Cosa mezclado con una vuelta a Reservoir Dogs, personajes encerrados sin posibilidad de escape y desconfianza al saber que hay entre ellos uno o varios traidores. En éste momento el film gira hacia un carácter teatral gracias a lo peculiar de su escenario y es cuando la película alcanza sus cotas más altas, en primer lugar por la valentía y porque no decirlo también, chulería de Tarantino para jugar con las convenciones del cine y hacer lo que le da la gana, ahora voy hacia delante, ahora hacia atrás, ahora meto una cámara lenta, ahora decido que una voz en off hasta ahora inexistente te de un detalle fundamental sobre la historia, ésto que puede irritar a muchos por la jeta del director, no es más que su capacidad para demostrar como puede contar una historia de distintas maneras sin que el espectador se salga de ella.
Suceden también en éste segundo tercio, los momentos cumbres del film, encabezados por la sensacional escena que se marca Samuel L Jackson demostrando que ha nacido para intervenir en las películas de Tarantino. La acción se acelera y los conflictos y secretos comienzan a salir a relucir, y entonces llega el tercer acto ....

Y sobre el tercer acto mejor no decir nada, tan solo que es el regreso del Tarantino más violento y amante de lo excesivo, el momento en que muchos pueden pensar, a éste tío se le ha ido la olla y haga que ésta película conquiste a otros para siempre, la sangre, el gore y los excesos aparecen y nos da la impresión de estar viendo al director pasándoselo como un enano filmando ésta parte.


Y mientras todo ésto ocurre nos damos cuenta que los famosos 70 milimetros no aparecen durante 2/3 del film, que la BSO de Ennio Morricone es simplemente correcta sin llegar a los extremos de genialidad de su carrera y dejando la sensación de que la nominación y posible galardón en los Oscar de éste año no son más que el modo de saldar cuentas pendientes.

Lo mismo sucede con la nominación de Jennifer Jason Leigh que en ningún momento destaca de modo alguno para merecer tal reconocimiento al margen de ser el enésimo caso de actor redimido por Tarantino, en el apartado actoral destacan mucho más Kurt Russell, Samuel L Jackson o el ya comentado Walter Goggins. Demian Bichir y Tim Roth mantienen el tipo pese a que el papel de éste último estaba claramente destinado a Christoph Waltz y Bruce Dern y Michael Madsen si quedan algo eclipsados por la poca importancia de sus personajes.

Los Odiosos Ocho es una vuelta al primer Tarantino de Reservoir Dogs, que a la vez recoge lo aprendido en Pulp Fiction y muestra su pasión por el western como ya comenzó a mostrar en Django Desencadenado, todo ello mezclado con las múltiples referencias y homenajes marca de la casa del director formando la que probablemente sea su apuesta más radical, porque The Hateful Eight es sin duda la película más extrema y excesiva de Quentin Tarantino hasta ahora en su filmografía, donde sus defectos y virtudes se ven potenciados al máximo, algunos la amarán, otros la odiarán, pero lo que es seguro es que no va a dejar indiferente a nadie.

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