miércoles, 12 de diciembre de 2018

Roma

Roma

Director: Alfonso Cuarón

Actores: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Diego Cortina Autrey, Carlos Peralta, Marco Graf, Daniela Demesa, Nancy García García, Verónica García

Guión: Alfonso Cuarón

Productores: Alfonso Cuarón, Nicolás Celis, Gabriela Rodríguez,

Montaje: Alfonso Cuarón, Adam Gough

Fotografía: Alfonso Cuarón

Producción: Esperanto Filmoj, Participant Media, Netflix



Si con La balada de Buster Scruggs ya comentábamos que Netflix se quitaba cualquier tipo de complejo con sus películas de producción propia, Roma ya es no solo otro paso más allá si no el salto definitivo, y es que pase lo que pase en la campaña de premios ya se puede decir que la nueva película de Alfonso Cuarón es la auténtica sensación para la crítica en 2018.

Ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia y multinominada en casi cualquier festival o entrega de premios por la que ha pasado, Roma se ha convertido ya en el acontecimiento cinematográfico del año. Y lo consigue desde un proyecto personalísimo de Alfonso Cuarón donde el mexicano dirige, produce, escribe, fotografía e incluso participa en el montaje de un film que probablemente hubiera sido imposible sin el apoyo del gigante televisivo.

Roma es el nombre del barrio (de clase media alta) en el que vive la familia protagonista del film y a través de sus ojos, especialmente el de una de sus asistentas, Cuarón observa a la sociedad mexicana en los comienzos de la década de los 70. Esa mezcla de lo íntimo y lo general va a ser una constante a lo largo de la película, ya que pese a que es innegable el claro elemento autobiográfico que Cuarón imprime a su narración con un sentido homenaje a las mujeres que protagonizaron su niñez, el director mexicano también se ocupa de radiografiar un país en una etapa de enormes cambios políticos y sociales.


Si algo ha demostrado Cuarón en su carrera hasta ahora es un enorme talento visual y Roma es no solo la conjugación, si no también el culmen de todo ello, el director se recrea en sus técnicas y recursos favoritos, con planos secuencias, suaves zooms, largos travellings o enorme atención al detalle y la fotografía con un manejo de la cámara tan delicado como expositivo. A su impresionante, pero ya habitual sabiduría en lo visual se une en ésta ocasión una utilización del sonido absolutamente ejemplar e inmersiva haciendo que el espectador siempre se sienta partícipe de todo aquello que ocurre en pantalla.

Esta magnificencia técnica es la herramienta perfecta para contar una historia tan personal como llena de vida y Yalitza Aparicio, como representante principal de un magnífico reparto, es el elemento clave para que Roma nos absorba, nos enamore, nos enternezca o nos desgarre. Su Cleo está tan llena de sinceridad y amor hacia esa familia, que es difícil desprendernos de su mirada tierna e inocente y sufrimos con ella lo indecible en un viaje que podría parecer anecdótico dada la convulsa situación social pero que se vuelve épico y tremendamente emocionante debido a la enorme empatía que acabamos desarrollando con sus personajes.


Roma está repleta de momentos, detalles, frases y actuaciones que se quedan grabadas en la retina y en la memoria. Sonrisas que surgen de manera inesperada, una melancolía que se agarra al corazón y no te quiere soltar o auténtico terror y tensión son algunas de las reacciones que sufres en una historia supuestamente modesta pero que demuestra que el mejor cine es aquel que nos hace sentir y en éste sentido Roma es pura vida. 

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