jueves, 17 de octubre de 2019

Parásitos

Parásitos. Título original: Gisaengchung

Director: Bong Joon Ho

Actores: Woo sik Choi, Kang ho Song, Hye jin Jang, So dam Park,

Guión: Bong Joon Ho, Jin Won Han

Productores: Bong Joon Ho, Young Hwan Jang, Yang kwon Moon, Kwak Sin ae

Montaje: Jinmo Yang

Fotografía: Kyung pyo Hong

Música: Jaeil Jung

Producción: TMS Comics, TMS Entertainment, Barunson, CJ Entertainment, CJ E&M Film Financing & Investment Entertaniment & Comics


En éste 2019 tan prolífico en películas del año, la ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes, fue probablemente la primera en tomar la salida en esa carrera hacia el sensacionalismo de crítica y público. Después de la película del año de Todd Philipps y a la espera de la de Martin Scorsese, por fin (previo paso por el festival de San Sebastián donde también asombró) llega a nuestras carteleras Parásitos.

Y sin dejar de caer en el tremendismo anteriormente criticado, que uno también es humano y sobre todo espectador del S.XXI, se podría decir que nos encontramos ante la mejor obra de Bong Joon Ho, palabras mayores cuando hablamos del creador de títulos como Memories of MurderMother o Snowpiercer. 

Los cuatro miembros de la familia de Gin Taek están en el paro, por ello cuando esté logre un empleo a través de un amigo como profesor de inglés de la hija de una familia acomodada, hará todo lo posible por lograr introducir a sus padres y su hermana a trabajar en ese hogar.



Sirviéndose de la comedia, Bong Joon Ho pinta un lienzo con aparente brocha gorda en un principio pero que vamos descubriendo plagado de finos y estilizados detalles sobre la enorme brecha actual entre ricos y pobres, y es que en Parásitos hay mucho más de lo que parece a primera vista, si bien es cierto que sus primeros dos tercios contienen unos gags realmente ingeniosos y un timing cómico prácticamente perfecto, las risas nunca vienen solas y van dejado un poso que cobrará importancia en su momento. El director coreano se mueve como pez en el agua en el género cómico, pero como bien es sabido su debilidad y especialidad es el thriller y éste se abre paso en el último tercio del film, donde todo lo sembrado anteriormente comienza a florecer. 

No se puede dejar de mencionar además el uso que hace Bong Joon Ho de uno de los elementos más importantes del film, el escenario, una casa lujosa, vanguardista y moderna a primera vista, que sin embargo esconde podredumbre, codicia y crueldad cuando se escarba un poco en ella, al igual que los personajes que la habitan y desfilan por la película.

El guión es inteligentísimo, la dirección de Joon Ho es delicadamente precisa y casi invisible, sin artificios pero con una capacidad narrativa asombrosa, pero nada de esto funcionaría tan bien si el film no contara con un reparto tan acertado. Es difícil destacar a ninguno por encima de los demás, porque Woo sik Choi y So dam Park están perfectos y terriblemente graciosos, pero lo que hace Kang ho Song es superlativo, adoptando un rol que refleja a la perfección el espíritu del film, viajando de la comedia ingeniosa pero patética al drama de la injusticia social y sus consecuencias, el actor da una auténtica lección de progresión dramática justificando con su actuación la evolución de su personaje.


Uno de los grandes triunfos del film es que prepara al espectador sin que este se percate para el esperado clímax final, que si bien en un primer momento impacta por su drástico cambio de género (Bong Joon Ho es conocido por sus potentes finales pero os aseguro que éste os va a dejar con la boca abierta) una vez fuera de la sala y reflexionado en su conjunto, se descubre absolutamente lógico e incluso irremediable.

Y sin embargo va a provocar horas e incluso días de reflexión y comentarios (varias semanas después aún le sigo dando vueltas), recordando ciertas frases y escenas que cobran un sentido completamente distinto dos horas después de haberlas visto.

Sea la película del año o no, Parásitos es una de las metáforas más impresionantes de la lucha de clases de los últimos años y sin duda uno de esos films absolutamente imprescindibles de éste 2019 para cualquier amante del cine.

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